Tras la gala inaugural, la competición del 61 Festival de Cine Se San Sebastián ha arrancado a medio gas. Las dos primeras películas que compiten por la Concha de Oro, la coproducción hispano canadiense “Enemy” y “Pelo Malo”, producción venezolana en colaboración y con Perú y Alemania, han tenido una acogida más que discreta. Todo lo contrario que el entusiasmo con que se ha recibido a Juan Antonio Bayona, el director de “Lo imposible”, que ha recibido de manos del Ministro de Cultura José Ignacio Wert, el Premio Nacional de Cinematografía. En el acto se aplaudió mucho y a todos, incluido al ministro.
Bayona recordó sus orígenes humildes para reivindicar el cine: “Mis padres no tuvieron la oportunidad de tener el derecho fundamental de estudiar. Se gastaron el poco dinero que tenían para que sus hijos estudiasen”. El cineasta, que ha logrado el galardón con solo 38 años y dos largometrajes ha asegurado que “el cine español se abre paso a pese a todo, pero no llegaremos a ningún sitio si no consideramos que la educación y la cultura son la base donde apoya nuestra sociedad”. Wert por su parte, tras reivindicar la memoria de Elías Querejeta y a “Jota” Bayona, ha afirmado que “gracias a “Lo Imposible” el cine español ha logrado el 19,5 por ciento de cuota de pantalla en el 2012”.
La competición del 61 Festival de San Sebastián despega a medio gas con producciones de Canadá y VenezuelaPor lo que a las películas se refiere, “Enemy” es una adaptación del relato corto del Premio Nobel desaparecido José Saramago “El hombre duplicado”. Dirigida en inglés por el canadiense francófono Denis Villeneuve, cuenta con Jake Gyllenhyaal como gran protagonista en un doble personaje. La presencia española hay que buscarla en el equipo técnico y en Javier Gullón, que firma el guión. La película se puede resumir como un misterioso ‘thriller’ que explora la psique de un hombre en crisis, un profesor con una vida monótona hasta que descubre la existencia de un actor de poca monta exactamente igual que él. Este hombre comenzará a investigar sobre su doble y, de alguna manera, acabará abducido por este. Un tema muy recurrente dentro del cine fantástico, pero Villenueve, salvo en el plano final, que hace saltar al espectador de su butaca, se mueve por el terreno más realista. Es una película muy densa, compleja, que acaba pesando como una losa sobre el espectador.
La otra película del sábado ha sido “Pelo Malo”, de la artista plástica venezolana Mariana Rondón. Una visión de la vida de la clase humilde de Caracas a través de los ojos de un niño de 9 años, que vive con su madre soltera y que también pasa horas en casa de su abuela, y que tiene una pelambrera revuelta que él quiere alisar para la foto de su escuela. El chico busca la forma de recibir el amor de su madre, pero ella lo rechaza cada vez más. Lo más interesante de la película está en la cotidianeidad de la vida de barrio. Pero pese a que se trata de un drama, el espectador sale contento, silbando la pegadiza canción “Limón, limonero” de Henry Stephen, tema central del filme que suena una y otra vez.