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La cabalgata ya es historia

Cientos de jóvenes acompañan diez carrozas al ritmo de los dj´s

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La cabalgata oficial del carnaval cumplió su cometido de sacar a los vecinos de Arcos a las calles. Muchos de ellos,  aunque no tantos como lo deseable, adoptaron un disfraz para acompañar a las diez carrozas que partieron de la avenida Alfonso X El Sabio. El público no fue tan numeroso como en convocatorias anteriores, lo cual se dejó notar especialmente en el aparcamiento situado junto al IES Guadalpeña, con menos vehículos estacionados. Igualmente, el número de personas disfrazadas también pareció menor al de otras veces.


Sin embargo, a su paso por las calles, también se incorporaron nuevos participantes al desfile, que un año más alcanzaría su eclosión a su paso por la calle Corredera, donde carrozas, artefactos y disfraces se lucieron especialmente.


En el lado más positivo cabría destacar la participación de algunos colectivos como el de las mujeres del Barrio Bajo o incluso de una ocasional banda de cornetas y tambores con músicos de distintas agrupaciones que abriría el desfile, en el que también tomó parte el grupo de baile de las hermanas Barba con distintas coreografías como uno de los escasos espectáculos visuales del recorrido. Igualmente, la decoración de algunas de las carrozas fue especialmente llamativa, dejando entrever el interés que sus precursores han prestado a la empresa.


Sin embargo, en el otro extremo de la balanza está la patética imagen de cientos de jóvenes agarrados literalmente a una botella de alcohol, chupando en ocasiones de una mochila mediante un macarrón o bebiendo descaradamente de una botella de licor, y contra la que difícilmente se puede actuar. Todo ante la mirada incrédula de parte del público que no entiende que los jóvenes tengan que dar ese espectáculo. A las pruebas es preciso remitirse, pues la Policía Local ha atendido al menos tres casos de intoxicación etílica, que hubieran encontrado réplicas en los atendidos por Cruz Roja y otros medios. 


También según la Policía Local, se produjo una reyerta en Pérez Galdós en los momentos previos a la salida de la cabalgata, así como una caída fortuita en las escalinatas de la Basílica de Santa María. Sin embargo, la Policía entiende que ésta ha sido una de las cabalgatas aparentemente más tranquilas por la baja incidencia y las pocas denuncias emitidas al respecto. 


Durante la cabalgata corrió el bulo acerca de la presencia de un nutrido grupos de agentes secretos de la Guardia Civil para, precisamente, controlar el consumo de alcohol entre los jóvenes; rumor que quedó disipado al prácticamente no intervenir las fuerzas de seguridad ante esta situación.
La Delegación de Fiestas pretende, al parecer, hacer un balance oficial tanto de la cabalgata como del resto de actos oficiales con motivo del carnaval.
 

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