"Cuanto mejor vaya Europa, mejor irán Portugal y España. Cuanto mejor marchen España y Portugal, mejor caminará Europa", proclamó hoy el Rey Felipe VI en un discurso pronunciado ante la Asamblea de la República portuguesa, donde apostó por la "concertación y hermandad ibérica" entre ambos países.
En su discurso, una ocasión excepcional puesto que a lo largo de la historia sólo ocho jefes de Estado le han precedido en la tribuna del Parlamento luso, el monarca glosó todos aquellos aspectos en los que España y Portugal mantienen unas relaciones "sólidas" e "incomparables", como lo político, lo económico o lo cultural.
Además de los 230 diputados portugueses, le escuchaba desde el palco de honor la Reina Letizia, con quien Felipe VI culmina hoy su primer viaje de Estado a Portugal, una visita que les ha llevado hasta Oporto, Guimaraes y, desde ayer, a Lisboa.
Su padre, el Rey Juan Carlos I, fue el primer jefe de Estado al que en 1989 se permitió dirigirse a la Asamblea en 80 años, y volvió a hacerlo en el año 2000.
Por ello su hijo le recordó hoy en uno de los varios pasajes de su alocución leídos en portugués, al afirmar que como él volvía al hemiciclo "para reafirmar y renovar el mensaje de fraternidad entre los pueblos de Portugal y España".
Confesó además que había heredado de su padre su "amor" por la lengua portuguesa y su "interés fraterno" por la suerte de Portugal.
Tal y como manifestó anoche en la cena ofrecida a los Reyes de España por el primer ministro Antonio Costa, el compromiso con el proyecto europeo destaca como uno de los ejes de la relación entre ambos países, ya que, apuntó, "nuestro primer anhelo como españoles y portugueses es seguir siendo y construyendo vigorosamente Europa".
"Portugal y España mantenemos contactos permanentes para defender posiciones e intereses a menudo coincidentes respecto del cumplimiento de numerosas políticas comunitarias", recordó también.
En la misma línea, el jefe del Estado español subrayó: "Nuestra concertación y hermandad ibérica nos sirven bien para adelantar nuestros respectivos intereses en el seno de la Unión y apoyarnos solidariamente en momentos de dificultad".
Entre estas "fortalezas mutuas" Felipe VI citó su participación en la OTAN -"Cuanto más libre y seguro sea el mundo, mejor irán España y Portugal", manifestó-, así como su pertenencia a Naciones Unidas: "Cuanto más extendida y general sea la dignidad del ser humano, mejor nos irá a portugueses y españoles", insistió.
También abordó la lucha contra el terrorismo, al remarcar el apoyo de los dos países a la coalición que combate al grupo Estado Islámico (EI), y explicó que "la tranquilidad de portugueses y españoles debe mucho al trabajo codo con codo de nuestras respectivas Fuerzas Armadas, Cuerpos de Seguridad y Servicios de Inteligencia en la lucha contra el terrorismo, la delincuencia y la inmigración irregular".
No olvidó aludir al compromiso conjunto con Iberoamérica -"portugueses y españoles sabemos que cuanto más próspera sea Iberoamérica más próspera será nuestra común tierra ibérica", apostilló- y consideró la semejanza entre sus dos idiomas como "una de las bases fundamentales de nuestra fuerza y singularidad".
En el ámbito económico, además de recordar que los dos países han recuperado "la senda del crecimiento", afirmó que España y Portugal quieren "convertir a la Península Ibérica en una alternativa rentable para el abastecimiento energético de Europa" con medidas como la creación del mercado ibérico del gas y la "dinamización" del mercado ibérico de la electricidad.
Cargado de emotividad y de palabras de afecto hacia el país que ha acogido a los Reyes de España durante tres días, Felipe VI, que había comenzado su discurso con agradecimientos en portugués, también lo concluyó en lengua portuguesa: "Quiero que sepan que como español, como Rey de España, mi corazón está con Portugal".