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El Gran Teatro se vuelca ante unas Dulcineas de lo más atípicas

Una lluviosa y fría noche de viernes, pero a la vez cálida por el ambiente que entre el público se respiraba en el Gran Teatro, iniciaba la segunda semifinal

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  • No vayas a contar ná -

Una lluviosa y fría noche de viernes, pero a la vez cálida por el ambiente que entre el público se respiraba dentro de la bombonera, iniciaba la que fue segunda sesión de semifinales del carnaval colombino. Previamente a la primera actuación tuvo lugar el ya clásico acto de hermanamiento entre Ayamonte y la ciudad de Huelva con la presencia en el escenario de las dos cortes de reinas y damas y sus respectivos representantes de fiestas.

Las cortinas del escenario se abrían para recibir en primer lugar a la murga de la localidad de Gibraleón ‘No vayas a contar ná’, quienes no asistían al concurso colombino desde el año 2014 con su agrupación ‘Con pringue y sentimiento’. Estas viejas alcahuetas se ganaron el favor del público durante su repertorio pese a que pudiese parecer un tipo ya un poco trillado. El primero de sus pasodobles ciriticó el papel de la Iglesia por su hipocresía, con las inclinaciones sexuales como telón de fondo. En el segundo, a partir de una metáfora con su “vecina sevillana” relataron la relación de rivalidad entre la capital hispalense y la onubense, finalizando su letra con una llamada de atención a la ciudad para que no siguieran ‘matándole la vida’. El público respondió de forma bastante positiva en ambos casos. Los cuplés estuvieron protagonizados por una situación absurda de la noche de bodas por las alianzas de oro de una pareja y por otro lado a su pase a semifinales, rematando con el coreado del asistente al estribillo de los mismos. El popurrí se dedicó a mostrar la rutina diaria de estas reinas cotillas, donde levantaron las risas del público, hicieron protagonista al alcalde Gabriel Cruz en una de sus cuartetas y fueron premiadas con la ovación y el aplauso de los presentes.

Tras esta actuación no desplazamos a la localidad sevillana de Carmona, desde donde llegó el cuarteto ‘¡Qué cruz tengo en lo alto!’. El denominado ‘cuarteto del potro’ trajo bajo la autoría y dirección de Ignacio González una representación de un capítulo de la gesta colombina en el que Cristóbal Colón y Martín Alonso Pinzón realizan su viaje en busca de la tierra prometida acompañados de un morisco y un gitano pirata. Tuvieron un desafortunado inicio de repertorio, donde las risas entre los presentes brillaron por su ausencia y eso en la cara de los actores podía notarse. Con unos cuplés de dudoso buen gusto en referencia al colectivo homosexual y una actuación de tema libre donde arrancaron alguna risa entre los asistentes, pretendieron salvar una interpretación que no cuajó entre el respetable.

Era el turno de la modalidad de comparsa con la ayamontina ‘Los cuerdos’. Procedente de Punta del Moral, volvían a las tablas del Gran Teatro para defender su cuarto puesto en la pasada edición del concurso. Estos locos del carnaval nos trajeron una presentación compacta, rítmica y pegadiza, algo a lo que ya nos tienen acostumbrados cada año, y con una mención especial al maravilloso punteo y juego de las guitarras durante el repertorio. En el primero de sus pasodobles hicieron mención al tema del bullying infantil animando a que los niños sean ellos mismos, diferentes, y demuestren las increíbles personas en la que podrán convertirse gracias a ello. En el segundo el protagonismo se lo lleva la reciente disputa entre Sevilla y Huelva en base a la adjudicación de los terrenos de Majarabique por parte del puerto onubense, donde acaban señalando que la capital andaluza intenta absorber a la provincia y recuerda cómo esta puede brillar con luz propia. Grandes aplausos resuenan en el teatro tras estas letras. Unos cuplés con un bonito estribillo desembocan en un popurrí dinámico y atrevido donde no cabe el aburrimiento. La exposición de este mundo de locos se combina con la crítica y la metáfora de temas tan usuales como la tecnología, la moda o el amor. Concluyendo con una idea clara: en este mundo de locos ellos son los más cuerdos.

El descanso de la noche dio paso a una murga onubense, ‘Los herederos de Pepe Bollo’. Este grupo procedente de la recién creada peña ‘Los Entonaos’, son los herederos de las murgas presentadas por la peña ‘La Noria’ desde el año 1997. Estos panaderos suben bastantes peldaños en su actuación en comparación con el pasado concurso. Arrancando la risa del público desde el primer momento nos presentan su rutina diaria en la panadería con muy poca vergüenza. El primer pasodoble es una dedicatoria al que ha sido durante todos estos años presidente de la peña ‘La Noria’, con más de 20 años de carnaval y chirigotas a sus espaldas. Una letra emotiva de agradecimiento a Juan Franco que gustó mucho al público. El segundo de ellos, como ya hemos podido ver en algún grupo, se trata de una crítica a la poca atención prestada por Canal Sur al acto de la Magna de Huelva durante el año pasado, un 'recado' a la televisión pública por el que reciben un gran aplauso. Los cuplés, enfocados en el independentismo y al sueño de su hijo de ser futbolista. Finalizan en un popurrí donde nos cuentan sus inicios en el mundo de la panadería, hacen alusión a las tostadas que prefieren desayunar los políticos de nuestro país y se ocupan de tirar bollos de pan a todos los presentes. Un gran aplauso con el público en pie fue el mejor colofón a su pase de semifinales.

La noche de coplas termina, y lo hace con la comparsa onubense ‘En un lugar del Quijote’. Con letras de José Antonio Conde Santos y dirección de Víctor Manuel Quintero Larrarte, estas Dulcineas guerreras llegaron pisando fuerte para dejar huella sobre las tablas del Gran Teatro. Con finura exquisita y alternando letras de diferentes estilos, estas mujeres autosuficientes y reivindicativas enamoraron a los espectadores del concurso colombino. El primero de sus pasodobles fue el piropo a Huelva, donde combinaron la descripción de la capital como una bella sirena de occidente a la vez que en un lienzo un pintor la personificaba de manera magistral. La segunda de sus letras, como también se ha repetido ya en ocasiones en este concurso, fue una respuesta al pasodoble cantado por la comparsa gaditana ‘Los depredadores’, en el que piden que no finjan una deuda convenida con la provincia ya que esta siempre la perdonaría. La respuesta del público fue bastante positiva con parte del público en pie. Los cuplés dieron paso a un popurrí donde se pudo disfrutar de la combinación de estas voces femeninas y la crítica al machismo, a la figura de la mujer como objeto o la lucha por la igualdad. Con una última cuarteta con mucha garra los presentes dieron su veredicto al grito de "¡campeones, campeones!".

En la sesión del sábado podrán disfrutar de las actuaciones de la comparsa ‘La comparsa mágica’, el cuarteto ‘los Perry meichon’, la murga ‘este año no gano’, la comparsa ‘rey de reyes’ y la murga ‘en tu casa o en la mía’.

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