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Una mirada al Día de las Aves desde el observatorio de Arcos

El término municipal guarda un inmenso valor ornitológico que pasa desapercibido para gran parte de la población

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  • El observatorio de aves de la cola del embalse es un lugar idílico para la contemplación. Es uno de los recursos ambientales más importantes de Arcos. -

El pasado sábado 9 de mayo se celebraba el Día Mundial de las Aves Migratorias, jornada de reflexión que se conmemora dos veces al año, el segundo sábado del mes de mayo y del mes de octubre, para concienciar a la población sobre su conservación y la de sus hábitats, sensibilizando entre otras cuestiones sobre las amenazas a las que se enfrentan.

Más de las mitad de las especies de aves que habitan Andalucía son migratorias, lo que significa que pasan parte de su ciclo vital fuera de nuestra región. De este modo, muchas especies se encuentran solo en Andalucía durante el periodo de reproducción y pasan el invierno en África, mientras que muchas otras que se reproducen en el norte de Europa viajan para pasar el invierno en la Península Ibérica y, en especial, en las tierras y humedales andaluces. Arcos está considerado un punto importante en la migración de aves gracias a su gran lámina de agua del embalse y al ecosistema al que ha dado pie. De hecho, cuenta con un observatorio de aves para poder estudiarlas en su hábitat y contemplarlas en todo su esplendor. Sin embargo, como hecho lamentable, este espacio enclavado en la cola del pantano, en la barriada El Santiscal, sigue sufriendo agresiones, desde el arrojo de basuras hasta el deterioro de los equipamientos (dos casetas de madera). Y todo, pese a las advertencias y distintas actuaciones de recuperación que ha realizado el Ayuntamiento.

Andalucía es una de las regiones más importantes de Europa en acoger especies silvestres migratorias, tanto durante los pasos como en la época de reproducción o invernal. Muchas de las aves acuáticas que se reproducen en otras latitudes más norteñas, acaban por migrar a esta región para utilizar sus humedales como cuarteles de invernada cuando bajan las temperaturas durante la estación fría. Tanto es así, que de las 98 especies de  que aquí invernan, 84 de ellas, con más de 600.000 ejemplares, pueden considerarse migradoras absolutas o parciales..Entre estas especies destacan la cuchara común, la gaviota reidora y el correlimos común, así como, por su grado de amenaza, la cerceta pardilla, el porrón pardo, la cigüeña negra, la gaviota de Audouin y el águila pescadora.

Por contra, existen otras acuáticas que, aún invernando en distintos lugares, se desplazan en masa para reproducirse en Andalucía. Entre ellas hay 39 especies entre las que destacan en abundancia la garcilla bueyera y el morito común y, en grado de amenaza, nuevamente la cerceta pardilla, el águila pescadora y el porrón pardo, así como la garcilla cangrejera y la focha moruna.

Gracias al seguimiento de las poblaciones de aves que realiza Desarrollo Sostenible se ha detectado en los últimos diez años un incremento del volumen de la invernada de estas aves migratorias debido al  cambio climático, que está alterando el comportamiento migratorio de las especies silvestres. De ese modo, especies como la cigüeña blanca o la cigüeña negra (en peligro de extinción) están mostrando un acortamiento de sus viajes migratorios, asentándose durante la invernada en áreas cada vez más septentrionales en latitudes templadas al alcanzar óptimos invernales en zonas más cercanas a sus áreas de cría.

La migración de las aves constituye un claro ejemplo de la interconexión de los sistemas naturales y de la necesidad de coordinar políticas de conservación globales, pues la supervivencia de éstas no depende exclusivamente de la gestión del territorio en una zona determinada. Claros ejemplos de ello en Andalucía son las rapaces migratorias amenazadas que crían aquí pero migran en invierno a África, como el alimoche, el aguilucho cenizo o el cernícalo primilla.
Pero este repaso por las aves migratorias no puede pasar por alto las sierras y campos de Andalucía, que constituyen puntos de paso y concentración  de muchas otras  aves que se trasladan de Europa occidental a África en otoño, regresando en primavera, pues las diferentes poblaciones se van agrupando para pasar por el Estrecho de Gibraltar por ser el punto más corto para cruzar el Mediterráneo.

De esta forma, cerca de medio millón de rapaces de 30 especies diferentes y varios cientos de millones de 80 pequeñas aves o paseriformes atraviesan nuestra tierra para cruzar el estrecho. Y durante ese viaje paran a descansar y alimentarse en las sierras, bosques, campos y zonas agrícolas.

Entre las aves rapaces nidificantes presentes en el espacio natural destaca la emblemática águila imperial ibérica, catalogada en peligro por  una población que oscila en torno a la decena de parejas reproductoras.  Esta población es objeto de un seguimiento específico, además de llevarse a cabo determinadas actuaciones como el establecimiento de áreas de tránsito restringido por nidificación, el aporte de alimentación suplementaria a los distintos territorios reproductores o la construcción de plataformas seguras de nidificación.

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