Por la detención de un submarinista la semana pasada
El Ministerio de Asuntos Exteriores informó ayer que, como consecuencia de la detención de un submarinista en aguas adyacentes a Gibraltar el pasado jueves día 26, “se ha enviado una nota verbal pidiendo explicaciones al Reino Unido por este incidente”.
Desde el Gobierno se reitera que la postura española mantiene que “no se reconoce la soberanía británica sobre esas aguas adyacentes”.
Derivada de la propia jurisdicción sobre las aguas, Asuntos Exteriores declinó ayer responder a si, al considerar que Reino Unido no mantiene soberanía sobre las mismas, la detención podría calificarse de ilegal.
Antecedentes
Como informó este diario, el pasado viernes 28 de noviembre, un ciudadano español compareció ante los tribunales del Peñón tras ser detenido mientras practicaba pesca submarina a una milla de Sandy Bay. Alejandro Valero Amores se encontraba en la tarde del jueves 26 de noviembre junto a otro español, José Antonio Velázquez, cuando se aproximó a la zona una patrullera de la Royal Gibraltar Police (RGP) y les requirió la documentación.
Una vez comprobada la documentación, la policía del Peñón constató que sobre Valero Amores pesaba una orden de detención como consecuencia de un delito menor de tráfico, por el que no se presentó en las dependencias policiales en la fecha requerida.
La RGP procedió a la detención y Valero Amores pasó la noche del jueves al viernes en los calabozos de la central hasta que en la mañana del viernes fue trasladado a los juzgados. Finalmente se le retiraron los cargos y fue puesto en libertad tras recibir un apercibimiento por la multa de tráfico.
Lo que más llamó la atención del caso fue que las aguas en las que el español fue detenido por la RGP, se encuentran dentro de las tres millas náuticas que el Reino Unido reclama como territoriales británicas y que España no reconoce. En los últimos meses han sido numerosos los incidentes que se están viviendo en estas aguas limítrofes al Peñón y este nuevo caso viene a poner de manifiesto la tensión entre el Reino Unido, Gibraltar y España.
El compañero de Alejandro Valero pudo regresar a España y rápidamente interpuso una denuncia ante la Guardia Civil, a la que adjuntó los datos del GPS con los que quería demostrar que su amigo había sido detenido por la Policía de Gibraltar en “aguas españolas”. A la salida de los juzgados gibraltareños, a Valero le esperaban su compañero de pesca, su madre y su esposa.