Sus instantáneas, realizadas con la técnica de cámara oscura son fruto de sus viajes a Israel, París o Nueva York en su propia furgoneta convertida en cámara gigante, le han valido el reconocimiento internacional. Ilan Wolff retrocede a estos orígenes para lograr impregnar sus imágenes de la sombra, de la huella, técnica que para muchos conforma una imagen de contemporaneidad. Combina además cámara estenopeica y fotograma en lo que él mismo ha bautizado como `estenogramas´. Esto le permite interactuar con las imágenes proyectadas, bien con objetos situados sobre el negativo o incluso mediante su propia silueta interpuesta en la proyección.
Huyendo de las nuevas tecnologías y en pleno siglo XXI, este fotógrafo israelí ha desarrollado como nadie la técnica de la Cámara Oscura, utilizando la magia de la fotografía para conseguir imágenes distorsionadas que confieren a su obra un estilo propio.
“Esta rama de la fotografía es además beneficiosa para las jóvenes generaciones, pues estimula la imaginación utilizando material reciclado, mientras que para los adultos es una nueva forma de crear imágenes sin hacer uso de botones electrónicos”, detalló Ilan Wolff. Muy preocupado por difundir las enormes posibilidades que ofrece esta técnica, ha dirigido innumerables talleres por todo el mundo. La exposición forma parte de los fondos fotográficos permanentes del Centro Andaluz de la Fotografía de Consejería de Cultura.