Por fin llegó el momento más esperado del año para los más pequeños de la casa con la llegada de la Cabalgata de Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente, la cual atravesó la capital gaditana con un convoy de 10 carrozas, bajo un diluvio de caramelos y un torrente de emociones.
Este año Miguel Arrones, como Melchor; Julio Sancho, como Gaspar; Tomás Valiente, como Baltasar; Pepito el Caja, de Cartero Real y Clara Posada, como la Estrella de Oriente, recorrieron la arteria principal de Cádiz partiendo de la glorieta Ingeniero La Cierva, endulzándolo todo a su paso con 6.100 kilos de caramelos y desembocando en San Juan de Dios, como preludio de una noche cargada de regalos.
En justa reciprocidad al aluvión de caramelos, los niños devolvían los habituales gritos de “aquí, aquí” o los nombres de cada uno de los mágicos monarcas. Como un bosque de bolsas de plástico y de papel contenedoras de dulzuras quedaba en esta tarde la imagen de la Avenida de Cádiz, en la que se va echando de menos cada vez más los acaparadores paraguas invertidos de otros tiempos, pero siempre marca de la casa.
Un total de diez carrozas, cinco de temática infantil con unas dimensiones de cinco metros de longitud (cuentos infantiles, Mulán, Enredados, Vikingos, Avatar) y otras cinco carrozas de diez metros con sonido para La Estrella de Oriente, Cartero Real y tres tronos para sus majestades Melchor, Gaspar y Baltasar, formaban la serpiente multicolor del día de nervios de comienzos de año. Lo mejor, los zancudos como cuervos; el encanto del Valle de Cuentos, los lanzamientos de pelotas al público y un centenar de ocas desfilando a compás.
La Agrupación Musical Sagrada Cena abría un cortejo en el que la Máquina Voladora, la Carroza Cuentos Infantiles, la animación de Valle de Cuentos, Vikingos, la animación de Manticora, Mulan, los figurantes y zancudos de Colores, Enredados, la animación de La Esclavas, la carroza Avatar y unas Majorettes precedieron a la Estrella de Oriente, primera de la Realeza mágica en aparecer. Tras ellos, más figurantes y trabajadores de Correos acompañaban al Cartero Real.
Ya en plena algarabía, el grupo de animación Escuela el Centauro arropaba al Rey Melchor, tras el que venían sus compañeros de viajes Gaspar y Baltasar, cerrando el séquito y precediendo a un tan inmediato como poco mágico pero eficaz cortejo de limpieza y orden. Para que cuando los niños que hayan sido buenos vayan recibiendo sus regalos, la ciudad haya vuelto a la normalidad tras tanta excitación en una noche tan especial.
