Cádiz está siendo de nuevo una ciudad de coreografías y movimientos gráciles gracias al Festival Cádiz en Danza 2021. Lorena Benot es la coordinadora de la programación de esta edición y henos querido saber algo más sobre uno de los Festivales más punteros del año y que aúna movimiento, música y una profunda reflexión sobre las relaciones humanas a través de la danza.
¿Cómo ha sido el proceso previo a la organización del festival Cádiz en Danza?
–La producción de la edición XIX se ha alargado dos años tras el parón obligado de la anterior. No ha sido fácil dado que hemos trabajado bajo supuestos, no sabíamos como estaría el panorama sanitario en junio, lo que complicaba todo. Hay un trabajo previo muy potente de visualización de proyectos que debido a las circunstancias, ha sido casi en gran parte trabajada en la distancia. Decidimos apostar por el tejido nacional, respetar los compromisos adquiridos de la edición anterior y sumar por nuevos proyectos generados en 2020/2021.
¿Qué es lo más costoso de la organización de este festival?
–Programar un festival con más de 50 actividades no es fácil, desde la selección de trabajos, viabilidad de los proyectos, buscar las localizaciones acordes con los trabajos a presentar, calendarizar todo en una semana…pero quizás adaptar todo a esas supuestas circunstancias que podríamos tener ha sido todo un reto.
¿Y lo más arriesgado?
–Embarcarse en el Festival sin reducir en contenidos, nos hemos tirado a la piscina y hemos decidido apoyar los máximos proyectos posibles.
¿Y lo más gratificante?
–Lo más gratificante es ver como diferentes sectores de la ciudad se implican en el proyecto, lo esperan y lo disfrutan año tras año. Cuando suena la sintonía del Festival el primer día en la Plaza de la Catedral es mágico, el público la espera y la tararear. Es como…¡una gran fiesta para decir comenzamos!
¿Qué tiene de diferente esta edición?
–Es una edición muy esperada, hay ganas, ese parón ha sido una pausa para coger carrerilla y volver con más fuerza. La ausencia de Pepe Vélez, quien ha sido la dirección del Festival durante todos estos años también es importante. Si bien, el apoyo y la confianza recibida desde el nuevo equipo de Teatros y de la propia concejalía por el programa, ha sido fundamental. Vamos hacer un Festival con unas medidas que quizás no hemos tenido antes, como por ejemplo el aforamiento en la calle, distancias… pero seguimos avanzando en la consolidación de un Festival cada vez más arraigado en la ciudad.
¿Cuál es la puesta en valor que se pretende?
–Como toda actividad cultural yo creo que siempre el fin debe ser despertar inquietudes, crecer y desarrollar conocimiento crítico. Por supuesto hablamos de acercar la danza a la ciudad, dar otros puntos de vista y enmarcar el festival como fuente de riqueza cultural.
¿Qué destacaría de esta edición?
–Es una edición que está marcada por abarcar un gran abanico de propuestas en torno a las artes vivas. Tenemos fuerte presencia de propuestas de flamenco contemporáneo, la participación de los dos últimos Premios Nacionales de Danza, hemos rescatado una pieza emblema de 2006 de Daniel Abreu, proyectos nuevos de La Intrusa, Sharon Fridman…
Volvemos apostar por un ciclo con voz de mujer en Lechera, estrenos de la mano de Andrés Marín o Jesus Carmona. Hemos desarrollado un amplio ciclo formativo, la participación activa de diferentes colectivos de la ciudad…. Es difícil destacar algo en concreto, pero sin duda diversidad y calidad.
¿Cuáles son los objetivos para los próximos festivales?
–Seguir marcando las mismas premisas de trabajo: aprendiendo y descubriendo día a día proyectos que nos hagan crecer y generar más contexto en la propia ciudad. Seguiremos apostando por nuestro tejido local y por traer lo más destacado de la danza nacional e internacional.
¿En qué ha cambiado la danza y el festival durante los últimos años?
–Pienso que más que cambio podríamos hablar de avance y consolidación. Cádiz en Danza se ha ido posicionando año tras año hasta convertirse, en una de las citas más destacadas del panorama nacional. Ha ido creciendo y lo ha hecho siendo reflejo de los nuevos paradigmas sin olvidar las referencias consolidadas y mirando siendo de frente hacia su propio contexto.
¿Por qué se han elegido los espacios abiertos en esta edición?
–Bueno, es algo que identifica al propio festival, el uso de espacios no convencionales para visualizar muchas de las propuestas que conforman la programación. El espacio en entrecatedrales se ha convertido en el espacio emblema que desde hace un tiempo e incluso protagoniza el propio cartel del Festival.