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Cádiz

Los niños y niñas "son los auténticos héroes... nos han sorprendido a todos"

La comunidad docente gaditana ha tenido que reinventarse para buscar soluciones y el alumnado ha puesto todo de su parte para superar esta crisis

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  • Un aula de Primaria. -

Septiembre es el mes de los regresos y de los nuevos comienzos. El próximo día 10 comenzará el cuso escolar. Según el ministerio de Educación, salvo caso de riesgo máximo de COVID, las clases serán cien por cien presenciales. Si bien es cierto que las medidas preventivas siguen siendo estrictas y obligatorias, como el uso de la mascarilla, algunas medidas se han suavizado. Un claro ejemplo es el del acortamiento de la distancia interpersonal de seguridad, que actualmente es de 1,5 metros, se rebajará a 1,2 metros a partir del inicio de curso. No obstante, se espera que el avance en la vacunación permita ir relajando las restricciones a medida que el curso vaya avanzando.

Frente al inicio inminente de las clases escolares, hemos querido contactar con profesores y padres para que nos cuenten cómo se plantea el curso 21/22 y qué ha cambiado desde que empezara el anterior en el año 2020.

Un maestro de un centro gaditano que ha preferido no identificarse, noscuenta que el inicio del curso anterior lo marcó la incertidumbre: “no sabíamos qué nos íbamos a encontrar. Los niños volvían después de una larga etapa sin clases y con mucha información que recibían en casa o escuchaban en la tele”. Los profesores se enfrentaron a un plan que parecía improvisado y era cambiante. Fue una situación caótica y cargada de dudas. Según su experiencia, la situación fue cambiando a medida que se fue normalizando. Profesores y alumnos se fueron familiarizando con el escenario en el que les había tocado actuar. Poco a poco, la información empezó a ser más concreta y específica, lo que supuso un arma a la hora de enfrentar las complicaciones de la crisis sanitaria. Aún así, el miedo nunca se fue. Se pasó miedo, frío y las clases se mojaban los días de lluvia. En palabras de este maestro: “los colegios han sido testigos de muchas contradicciones”.

Frente a esta etapa, el nuevo comienzo de curso se presenta, a priori, más tranquilo. La experiencia que los docentes adquirieron el pasado año resulta ser un impulso al enfrentarse al miedo. Los niños también vuelven familiarizados con el protocolo, que es prácticamente igual al del año pasado. En lo que respecta a su centro de trabajo, el curso se inicia con las mismas medidas con las que terminó el pasado mes de junio, por lo que no hay cambios en la normativa a. En este sentido, afirma que los padres también están acostumbrados a la rutina y que, gracias a la adaptación del conjunto, la previsión general es que el curso sea más tranquilo y llevadero.

Al indagar en las medidas impuestas, nuestra fuente nos cuenta que la distancia de 1,5 metros que se decretó como obligatoria no era más que una medida sobre el papel, pero que era imposible aplicarla en la realidad. Las limitaciones materiales no permitieron separar las mesas del alumnado más de 50 centímetros, cuestión que hubo que informar a los familiares y que provocó reacciones de nerviosismo y malestar general en el grupo. Sin apenas ayudas institucionales, la comunidad docente ha puesto todo de su parte para reinvertarse y estar a la altura de las exigencias que fueron surgiendo. Padres, madres y profesorado hicieron frente a cualquier dificultad obteniendo como resultado un curso difícil pero exitoso, sin casos positivos en las aulas del centro.

Los niños han sido auténticos camaleones y han regalado una enseñanza constante. Los valores que desde pequeños se les ha inculcado en su educación como el valor de compartir, ayudar o acompañar cambiaron por completo: ya no podían compartir, ya no podían mantener contacto físico ni dar cariño a sus compañeros. La situación cambió por completo y lucharon frente a la inercia para adaptarse a los requerimientos del nuevo escenario social, convirtiéndose en una ayuda y agudizando las regularizaciones de seguridad.

Este año, docentes y alumnado se encuentran a su regreso con un amplio porcentaje de la población con la pauta de vacunación completa. Desde su punto de vista, al margen de criterios médicos, esto va a repercutir positivamente a la hora de sentirse protegido. La vacunación ha permitido que las personas se relajen y se sientan más protegidas, cosa que implica mayor tranquilidad y favorece las relaciones humanas a pesar de la situación y las restricciones sociales.

Por su parte, María Chulián Cabrera, maestra en el Colegio Nuestra Señora de Lourdes en el Barrio de Puntales, recuerda el inicio del curso pasado con una mescla de ilusión por volver a reencontrarse con los niños y a la vez con mucho miedo y cautela para con el protocolo. Asimismo, habla de una organización ordenada y satisfactoria que permitió cumplir con las entradas y salidas escalonadas, las distancias sociales y el resto de la normativa de seguridad. Destaca y alaba es esfuerzo de la comunidad educativa y la capacidad de resiliencia ante la crisis. Solo en una ocasión hubo que confinar a un grupo del centro por un positivo que se atajó a tiempo, convirtiéndose en uno de los centros de Cádiz Capital con menor incidencia de coronavirus.

Frente a estas sensaciones, esta maestra afronta el inicio del nuevo curso con esperanza y con el deseo de que la situación se vaya normalizando cada vez más y poder recuperar vínculos más cercanos con el alumnado y sus familias. Coincide con que la vacunación es una garantía a la hora de trabajar con tranquilidad, pero asegura que no bajarán la guardia.

Una de las facilidades a la hora de trabajar en su centro fue contar con aulas amplias que permitió cumplir con las distancias establecidas, incluso en las clases de más de 25 alumnos.

En su centro educativo ya habían tenido oportunidad de formarse en Google WorkspaceforEducation, lo que les facilitó la adaptabilidad a las clases telemáticas. María Chulián afirma que la vocación te permite reinventarte y readaptarte y que durante la pandemia han aprendido a buscar soluciones a todos los problemas que surgían.

María habla con admiración de la actitud de los niños que, a pesar de echar de menos el contacto físico y los juegos en grupo, en ningún momento pusieron trabajas a la hora de afrontar el protocolo y han sido, sin duda, un auténtico ejemplo: “son los auténticos héroes, nos han sorprendido a todos”.

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