La probabilidad de lluvia amenazó desde el principio, aunque nada supuso un impedimento para que, a pocos minutos para el encendido del alumbrado, la plaza se encontrase repleta por una multitud de personas asistentes. El deseo de Navidad, compartido entre pequeños y mayores, superó a cualquier posible temor a mojarse. Al final, tan solo cayeron unas tímidas gotas que no inquietaron a nadie, y un montón de nieve que, como había adelantado previamente el delegado de Fiestas, Francisco Javier Query, iba a ser una de las grandes sorpresas. No fue, aun así, la única. Muchos quedaron asombrados al verse en el video que se proyectó en una gran pantalla como antesala al encendido del alumbrado en la Plaza de Andalucía.
Un emplazamiento nuevo en el que está situado, a diferencia de ediciones anteriores, el gran árbol de Navidad, ya erguido firmemente tras su desplome por el paso reciente de un fuerte temporal. Otros años había estado ubicado en la calle Víctor Pradera, aunque, esta vez, el riesgo ante la altitud del entoldado llevó a tomar la decisión de desplazarlo hasta los pies del Ayuntamiento, donde todos esperaron impacientes la llegada del momento más esperado de la noche. “Hemos querido proyectar el video para que sintáis la Navidad y os entren aún más ganas”, explicó ante la multitud Query, que estaba viviendo su primera Navidad como delegado de Fiestas. La ilusión se dejó mostrar en su rostro, al igual que en el de los cientos de personas que cubrieron la plaza. Ciertamente, las ganas de Navidad no decayeron en ningún momento. El efecto que pretendían crear estaba conseguido antes incluso de que apareciese la primera imagen en pantalla. Un ambiente de baile, disfrute y buena convivencia se respiró desde el momento en el que el pasacalles encabezado por la banda de la Asociación Musical Maestra Doña Lola arribó a la plaza minutos antes de las siete de la tarde, hasta la cuenta atrás para el encendido del alumbrado que se inició una vez acabó el video. Todos contaron los 10 segundos al unísono que se consumieron entre el nerviosismo latente cuando Query, acompañado por el alcalde Luis Mario Aparcero, pulsaron a la vez el botón que, casi por arte de magia, iluminó todo el pueblo de un color brillante. La Navidad había quedado inaugurada, así, de manera oficial. Muchos aprovecharon en ese instante para buscar un aperitivo. Pestiños, piononos, así como un amplio surtido de dulces típicos, fueron servidos en la barra solidaria de la Hermandad de la Borriquita, donde también prepararon filetitos calientes para aquellos que decidieron empalmar la merienda con la cena. Otros, por el contrario, prefirieron disfrutar de las actuaciones musicales y echarse sus primeras fotos de la Navidad con el árbol de la plaza como gran protagonista. No obstante, este año el reclamo principal entre las fotos de chipioneros y visitantes promete ser el grupo de los tres camellos situados en la calle Víctor Pradera, a pie de calle, a diferencia de otros años en los que se mantuvieron en las alturas. Les acompaña un copo de nieve gigante de dimensiones de 2x2 metros, bajo la mirada de la torre de la Plaza de Abastos, que también quedó iluminada. El Castillo, por otro lado, se decoró con una estrella, al igual que la Plaza Pío XII, lugar elegido como epicentro de una multitud de actividades que tendrán lugar durante este calendario festivo.
Miguel de Cervantes, Isaac Peral, Padre Lerchundi, además de las barriadas de La Alcancía, Pozo Romero, Valdeconejos y Camacho Baños, también quedaron adornadas con luces de color blanco y amarillo que crearon, a su alrededor, un ambiente distendido y relajado para disfrutar de un paseo e impregnarse del espíritu navideño. Un conjunto de luces al que este año se une como invitado especial la fachada del Ayuntamiento, que nunca antes se había alumbrado. Será una Navidad más iluminada que nunca.