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Derechos Humanos: un oscuro panorama

En lo que respecta a los derechos humanos 2021 se ha cerrado dejando un oscuro panorama...

Publicado: 21/02/2022 ·
19:07
· Actualizado: 21/02/2022 · 19:07
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  • En lo que respecta a los derechos humanos 2021 se ha cerrado dejando un oscuro panorama. -
  • El primero de ellos son las consecuencias de la pandemia que han sido desoladoras para la gente más empobrecida
  • Una segunda cuestión preocupante es el incremento de la influencia de la ultraderecha y sus discursos de odio
  • Como decía la lista sería interminable y a todos esos pueblos debíamos hacer llegar nuestro aliento y solidaridad

Suele ser hábito cuando comienza un nuevo año hacer balance y comprobar tendencias. En lo que respecta a los derechos humanos 2021 se ha cerrado dejando un oscuro panorama. De forma casi telegráfica por el espacio de que disponemos, me gustaría aludir a cuatro cuestiones.

A finales de 2020 según ACNUR había en el mundo 80 millones de desplazados. Este tema sería nuestra cuarta área de preocupaciones. Las migraciones inherentes a la humanidad estás siendo enfrentadas en una guerra sin cuartel y sin respeto alguno de las mas elementales normas de decencia humana

El primero de ellos son las consecuencias de la pandemia que han sido desoladoras para la gente más empobrecida. Que ha puesto en evidencia el egoísmo de los países ricos que han acaparado el 80% de las vacunas, mientras los países empobrecidos apenas han podido vacunar a su población. Que ha desnudado el poder de las farmaceutas que mantienen patentes sobre las vacunas, cuya investigación ha sido subvencionada casi íntegramente por los estados.

Una segunda cuestión preocupante es el incremento de la influencia de la ultraderecha y sus discursos de odio. Contemplamos estupefactos como como en EE.UU. se siguen cuestionando los resultados electorales y se ponen en marcha mecanismos para impedir que una parte de la población (la teóricamente másprogresista) pueda votar. Pero no es sólo En EE.UU., lo vemos en Europa con los gobiernos de Hungría o Polonia y con la creciente influencia y votos en numerosos países, incluida España

La ultraderecha arrastra a partidos teóricamente mas moderados como el PP e influye en las políticas de los gobiernos; hace de la mentira y el bulo la enfangada forma habitualde hacer política; incrementa la crispación y el odio y provoca la ruptura de la convivencia… el ascenso de la ultraderecha es un virus para la democracia y los derechos humanos ante el que es imprescindible vacunarse.

La lista de conflictos y de países en los que las violaciones de derechos humanos estremecen es -y este sería un tercer asunto de esta panorámica- interminable. La continuidad silenciosa del apartheid y la violencia extrema sobre el pueblo palestino; después de la masacre y el exilio de los Rohingya, un nuevo golpe de estado militar en Birmania con centenares de muertos; la represión y un cada vez mas oscuro desenlace para los derechos del pueblo saharaui; la vuelta de los talibanes a Afganistán con su régimen fundamentalista de terror y anulación de los derechos humanos; el golpe de estado en Malí; la continuidad del régimen teocrático de Arabia Saudí; Marruecos que mantiene decenas de presos políticos y mantiene una autocracia con el beneplácito y complacencia de España y la UE...

Como decía la lista sería interminable y a todos esos pueblos debíamos hacer llegar nuestro aliento y solidaridad.

A finales de 2020 según ACNUR había en el mundo 80 millones de desplazados. Este tema sería nuestra cuarta área de preocupaciones. Las migraciones inherentes a la humanidad estás siendo enfrentadas en una guerra sin cuartel y sin respeto alguno de las mas elementales normas de decencia humana. Australia o EE.UU. lo ejemplifican perfectamente.

Los acontecimientos en Ceuta en mayo de 2021 o los sucedidos en la frontera entre Bielorrusia y Polonia, no sólo nos muestran la ilegalidad e inmoralidad de las actuaciones de España o Polonia, sino que ilustran bien como cada vez más países (en este caso Bielorrusia y Marruecos) utilizan cruelmente la necesidad y la desesperación de las personas para sus intereses y objetivos políticos.

Mientras tanto las migraciones que no permiten los estados de la UE que se desarrollen por vías legales y seguras, siguen cobrándose un reguero intolerable de vidas humanas.

Son sólo unas pinceladas que, en efecto, nos muestran un panorama sombrío y desolador. Quizás, sin embargo, si miramos con mas atención, veremos que también surgen aquí y allá fenómenos que nos proporcionan alguna esperanza. Crecen las protestas laborales en EE.UU., inexistentes desde hace décadas; proliferan las movilizaciones -y los éxitos como en Argentina- del movimiento feminista, imparable por la igualdad; se vislumbra un cambio de ciclo con gobiernos progresistas en Latinoamérica tras el triunfo en Chile; se multiplican las luchas por los derechos en n numerosos países, pormás que en algunos casos hayan sido duramente reprimidas…

“Con paso firme se pasea hoy la injusticia”, decía Bertolt Brecht. Pero también decía en el mismo poema “Quien aún esté vivo no diga «jamás»…, cuando hayan hablado los que dominan hablarán los dominados”.

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