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Córdoba

Estudian las conexiones entre el flamenco y la música árabe

Las zonas montañosas se convirtieron en refugio de muchos moriscos que no salieron de España tras la expulsión de principios del siglo XVII

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El asesor de la Cátedra de Flamencología de la Universidad de Córdoba, Juan Pérez Cubillo, ha analizado las relaciones entre el flamenco y la música árabe en el marco de Axerquía Fest, programa paralelo del I Congreso Internacional Halal que hoy arranca en Córdoba.

Durante su conferencia, Cubillo ha recordado que el flamenco cristalizó en el siglo XIX, según admiten todos los especialistas, y se cimentó sobre un sustrato musical previo denominado por los antropólogos como "subculturas" marginales, entre las que se encontraba la morisca.

Precisamente, esta influencia está especialmente presente en los verdiales, un palo flamenco de los Montes de Málaga, según ha subrayado Cubillo.

Las zonas montañosas se convirtieron en refugio de muchos moriscos que no salieron de España tras la expulsión de principios del siglo XVII.

Junto a los moriscos, otros grupos sociales y étnicos que contribuyeron al nacimiento del flamenco fueron los gitanos, los cristianos viejos marginales y los esclavos de raza negra que vinieron con los indianos, una hipótesis que "debe ser tomada de forma parcial y con cautela", ha apuntado Cubillo.

Otro elemento que destaca como singular es las letras frecuentemente anticlericales del flamenco, escritas por grupos particularmente perseguidos por la Iglesia católica.

Un músico clave para respaldar la tesis de la influencia árabe en el flamenco fue Zyriab, un artista iraquí emigrado a Córdoba en el siglo VIII y que revolucionó los códigos culturales de la época.

Aunque trajo los aires renovadores de Oriente, Pérez Cubillo asegura que la música andalusí que se forjó en la península estaba "fuertemente romanizada".

El experto también ha abordado las relaciones contemporáneas que se han establecido entre el flamenco y la música árabe, y para ello ha rehusado utilizar el vocablo "fusión" o "simbiosis" y se ha decantado por el término "encuentro".

Como ejemplo, se refirió a las múltiples experiencias ensayadas en las últimas décadas, desde El Lebrijano con la Orquesta Andalusí de Tánger, hasta Enrique Morente y Chekara o Marina Heredia con Amina Alaui, una de las máximas expertas en música nazarí.

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