Sus rollos maniqueos nos importan un rábano. Si quieren que les respetemos, demuestren que les importamos y no se dediquen a practicar al miserable e inútil deporte de enfrentarnos unos contra otros en una batalla estéril en la que tenemos todas las papeletas para autodestruirnos y retroceder, de hacernos perder nuestro tiempo en enfrentamientos que solo siembran el desencuentro y el odio.

Hemos de dedicar tiempo para la reflexión y el análisis, si no un día de estos nos encontraremos sustituidos perdiendo nuestra identidad y sobrepasados por seres producto de la investigación de la inteligencia artificial, que sin control ni dirección alguna pueden superarnos a todos en ranking del disparate.

A los poderes sin rostro que manejan el mundo, no nos quieran confundir, disfrazando de intereses generales lo que solo son ambiciones particulares , ni pretendan manipular nuestras vidas creando falsas necesidades. Respetennos y les respetaremos , comprometánse y les reconoceremos.

No intenten vendernos que están fuertemente implicados en nuestros objetivos y sacrificándose por nosotros, y que son unos héroes, porque no es necesario, y déjennos ser protagonistas y vivir nuestras vidas, para que podamos tomar nuestras decisiones en nuestro caminar por el mundo.

A los que nos representan, asuman sus responsabilidades y no se dediquen al cobarde y comodón ejercicio de culpar a los demás de sus propios errores. Tampoco sientan la tentación de que todos pensemos y hagamos lo mismo y uniformemente les obedezcamos .

No olvidemos nunca que ninguno de nosotros, de vosotros o de ellos estamos o están en condiciones de dar lecciones a nadie, ni de decir como tienen que ser las cosas, que hemos de decir y hacer .

A los autoritarios, déjennos elegir en cada momento lo que nos parezca mejor.

Escuchemos con atención a los demás y estaremos deseosos de saber que piensan y cuales son sus proyectos y objetivos. Si compartimos, todo será más fácil y dentro de nuestras diferencias y discrepancias, seremos capaces de entender en cada momento, la realidad con una mayor amplitud y claridad.

Nos importa un rábano los entendidos y expertos de pacotilla, aquellos  que se dedican a proclamar las mejores soluciones  o demostrar en una superación de su sentimiento de inferioridad que son los más listos del orbe, porque todo lo que ocurre lo habían predicho, con el “hay que hacer “ y el ”ya lo dije…”

Resulta artificioso, pesado y sin sentido ese ir marcando el camino de los demás sobre cual es la luz en cada tiempo y espacio, sin comprometerse jamás en predicar con el ejemplo y ser el primero en coger el ladrillo y exponerse a que los demás les juzguen y sean capaces de comprenderlos.

Pero hay gente para todo, los que nos impactan y sorprenden y aquellos que nos importan un rábano, incluso que en el triple salto mortal sin red, se autoengañan con falsas creencias en un ejercicio irrelevante e inútil de colocarse una venda en los ojos, y desconocer la realidad globalizada en la que nos tenemos que mover.

También nos topamos, aquellos ejemplares de la fauna humana, que teóricamente no se permiten un error y pronostican lo ocurrido a toro pasado pero sin dar ninguna solución. Estos sujetos aspirantes a que nos importen un rábano, son tan ventajistas que siempre presumen de haber dado en el clavo. Son como profetas que nos narran como predicciones lo que ya ha ocurrido.