Las claves del porvenir

El fútbol depende casi de manera excesiva de los caprichos de la pelota, elemento sobre el que rota un deporte que sin embargo, tiene todo que ver con las decisiones tomadas por parte de un consejo de administración y una dirección deportiva; espejo de lo que más tarde sucede en el terreno de juego.

Es el caso de este Betis, entidad sometida a los avatares judiciales de una exasperantes medidas cautelares que propone una serie de circunstancias delicadas y de difícil solución en el vigente mapa institucional verdiblanco.

Ahora, el club de Heliópolis deberá sentar las bases de un futuro a corto plazo para devolver al equipo de las trece barras a la élite en un año.

La primera de ellas, está focalizada en regenerar una directiva podrida por dentro y sin capacidad ni conocimiento para sustentar un plan con visión, dada la experiencia y su completo fracaso a lo largo de una temporada aciaga como la que ha perpetrado una dirigencia desgastada.

El actual administrador judicial, Francisco Estepa, deberá volver a reestructurar un consejo que en estos momentos presenta más suspicacias que recursos y todo apunta, a que la revolución en la planta noble del Betis se producirá nada más acabar la Liga. Idea de consenso o no entre los accionistas mayoritarios y plataformas béticas, la fecha elegida es la del día después del último partido de una campaña para olvidar.

Una fecha que también está marcada en rojo para el anuncio oficial del nuevo director deportivo, que según señalan algunas fuentes, también se conocerá una vez termine la competición liguera.

Elegida la persona encargada para llevar las riendas de la secretaría técnica, deberá entonces poner en marcha el plan ‘renove’ de una plantilla que sufrirá seguro una limpieza profunda en el ámbito de un proyecto marcado para ascender con el mayor presupuesto de la categoría y la necesidad, no sólo deportiva, sino económica, de que la vuelta a Primera se efectúe sin dilación en una temporada.

Habrá que ver si los hechos se precipitan o la hoja de ruta marcada se acaba modificando por la intención de ciertos miembros del consejo de empeñarse en seguir formando parte de una institución a día de hoy cogida con alfileres.