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Levante y Deportivo mostraron sus carencias

El Levante y el Deportivo mostraron tanto sus carencias como su situación clasificatoria en un encuentro en el que ninguno de los dos equipos hizo méritos para ganar..

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El Levante y el Deportivo mostraron tanto sus carencias como su situación clasificatoria en un encuentro en el que ninguno de los dos equipos hizo méritos para ganar y en el que el temor a perder fue superior a la necesidad que ambos tenían de sumar los tres puntos.

Es cierto que el Deportivo tuvo el balón más que el Levante, pero fue algo que también se debió al deseo del equipo local de jugar en largo y dejar la pelota a un rival que no supo aprovecharla.

Desde el principio se notó que ambos equipos, condicionados por su situación en la tabla, tenían la mente más puesta en no dar opciones al rival que en tratar de superarle, por lo que los riesgos que unos y otros tomaron fueron mínimos.

Por ello, desde los primeros minutos del encuentro hubo muy poco fútbol. El Levante jugaba en largo, muy directo, y el Deportivo no conseguía hilvanar jugadas de peligro cuando bajaba el balón al césped.

Las llegadas brillaban por su ausencia y en la práctica totalidad de las aproximaciones a ambas porterías, casi siempre a balón parado, se imponían las defensas.

A pesar de que el Deportivo propuso un poco más que el equipo local, el partido no tenía intensidad, las precauciones eran excesivas y se llegó al descanso sin que nada hubiera ocurrido a excepción del gol que el árbitro anuló por fuera de juego al deportivista Lopo en el minuto 40.

La segunda parte dio comienzo con una dinámica distinta y en los tres primeros minutos el Deportivo dispuso de dos oportunidades resueltas con apuros en el área pequeña del equipo local.

Poco después, Casadesús e Ivanschitz trenzaron la primera jugada coordinada del Levante, que acabó en un centro sin peligro. Unos y otros habían llegado más a la meta rival que en todo el primer periodo.

El partido cobró algo más de ritmo, con más profundidad por parte de los dos equipos y alguna llegadas al contragolpe ante ambas porterías, pero las imprecisiones regresaron pronto y aunque el encuentro era más vivaz, ninguno de los dos equipos tenía puntería.

Pese a ello, en los últimos minutos los dos equipos encontraron espacios, pero las defensas siempre superaron a los ataques, tanto en las contras como en los balones parados.

Al final, algún destello fugaz ante ambas porterías y empate justo, ya que la victoria habría sido un premio excesivo para el equipo que la hubiera obtenido.

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