"Fue el partido más difícil de mi vida". Aunque parezca mentira, hubo un día en el que Ivan Rakitic, uno de los pilares de Croacia, se enfrentó a su selección y a alguno de sus actuales compañeros como Dejan Lovren.
Ocurrió en 2005, durante el Europeo sub17. Rakitic, jugó con Suiza. La historia parece extraña, pero es sencilla. El centrocampista balcánico no nació en Croacia, vino al mundo el 10 de marzo de 1988 en la localidad helvética de Möhlin, que actualmente cuenta con casi 10.000 habitantes.
Su padre, Luka Rakitic, emigró allí antes del inicio de la Guerra de los Balcanes. Es originario de Sikirevci, un pequeño pueblo croata fronterizo con Bosnia-Herzegovina, donde creció su mujer, Kata Rakitic. Ambos abandonaron Yugoslavia ante la creciente tensión de la zona y eligieron Suiza, país en el que nació su hijo.
Desde muy pequeño Rakitic se interesó por el fútbol. Era un chaval pegado a un balón y en Suiza dio sus primeras patadas a un balón. Pronto, captó la atención del Basilea, que le incorporó a sus categorías inferiores, donde también se formaron buenos jugadores como Granit Xhaka, de origen kosovar, o Breel Embolo, nacido en Camerún.
Ambos sí se decantaron por jugar con la selección de Suiza, algo que, en un principio, también hizo Rakitic. El jugador croata participó con los juveniles del país helvético y un día tuvo que enfrentarse al país en el que nació su padre, deseoso de que su hijo jugara con Croacia y no con Suiza.
El 8 de mayo de 2005 pasó algo inevitable que Rakitic no deseaba: jugar con Suiza ante Croacia. La Eurocopa sub'17 de Italia tuvo la culpa y ambas selecciones se vieron las caras en el tercer partido de la fase de grupos.
El equipo de Rakitic, en el que el portero era Yann Sommer, meta titular helvético en este Mundial, se llevó una derrota abultada. Perdió 2-5, y entre los goleadores croatas está Nikola Kalinic, que abandonó la concentración balcánica tras el primer partido.
Kalinic, jugador del Milan, consiguió un doblete. Marcó el empate en el minuto 50 y después hizo de penalti el 2-4. Fue uno de los mejores de su equipo, en el que también estaba Lovren, otro de los héroes de Croacia que disputarán la final del Mundial ante Francia. Lovren, aquel día, se metió un gol en propia meta.
La historia de Rakitic con Suiza no duraría mucho más. Un día tuvo que decidir, y eligió a Croacia. Parecía lógico, ya que Rakitic, desde que su padre le regaló cuando era pequeño una camiseta de Croacia, dormía con ella puesta y ni se la quitaba para ir al colegio.
"Cuando comencé a jugar no llevaba la camiseta croata. Llevaba la de mi otro hogar, Suiza. Tengo que ser honesto, nací en Suiza, crecí en Suiza, fui a la escuela en Suiza, mis amigos son de Suiza. Estuve orgulloso de llevar durante cinco años la camiseta de Suiza cuando jugaba con los juveniles. Pero la mayor parte de mi corazón pertenece a Croacia. Siempre lo ha hecho", declaró hace tiempo en una entrevista concedida a "Players Tribune".
Sin embargo, en 2007, cuando Rakitic pensaba que siempre iba a jugar en el cuadro helvético, aparecieron el exjugador Slaven Bilic y el presidente de la federación croata de fútbol, Vlatko Markovic, para verle jugar un partido con el Basilea. Después, se reunieron con Rakitic y le dijeron que contaban con él.
El ahora barcelonista meditó su elección y finalmente se decantó por Croacia. Su decisión le acarreó algún problema e incluso llegó a recibir amenazas de muerte en Suiza. Al final, acertó y ahora jugará una final de un Mundial, algo al alcance de muy pocos.
Su corazón pudo con su cabeza. Tal vez no pudo soportar lo mal que lo pasó cuando se enfrentó a sus orígenes un lejano día de 2005. Como él declaró, fue el día que peor lo pasó en un partido. Pero aquello ya es pasado. Rakitic disfruta con Croacia y está a un paso de alcanzar la gloria.