La primera comparsa de la noche fue la agrupación de David Márquez Carapapa. Con su melódica presentación y un grupo que suena a las mil maravillas se metió al público en el bolsillo.
El primer pasodoble, cargado de sentimiento desde el primer momento, fue dedicado a su hija de dos años y a una infancia que le gustaría prolongar lo máximo posible. El segundo, también con gran toque sentimental, a la eutanasia que un hombre proporciona a su mujer.
Los cuplés fueron dedicados a la exhumación de Franco y al campeón mundial de guantazos.