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El jardín de Bomarzo

Una cuestión capital

Sanlúcar será capital gastronómica este año 2022 y no se me ocurre un sitio que lo merezca más porque toda ella es para comérsela

Publicado: 26/11/2021 ·
12:48
· Actualizado: 26/11/2021 · 12:48
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Bomarzo

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El jardín de Bomarzo

Todos están invitados a visitar el jardín de Bomarzo. Ningún lugar mejor para saber lo que se cuece en la política andaluza

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"El hecho de que la medusa haya vivido 650 millones de años a pesar de no tener cerebro, le da esperanza a muchas personas".

Aterricé en Sanlúcar una mañana cálida de otoño de hace como 25 años y recuerdo el primer paseo desde la redacción del periódico, entonces en la calle Infanta Beatriz, para entrevistar a la concejala de cultura en su delegación ubicada en la plaza de Cabildo, ayuntamiento antiguo. Serpenteando entre la gente, la brisa y el aroma noté enseguida como aquello me iba atrapando; crucé por Balbino hasta el entorno de Barbiana y en minutos supe que aquel jaleo rutinario de vida sanluqueña me había adoptado. Ese mismo paseo lo he hecho cientos de veces porque Sanlúcar de Barrameda tiene tantos rincones sabrosos por descubrir que resulta eterna, con su río y los tesoros que alimenta, el coto de cuadro infinito de fondo y, sobre todo, una gente que pese a todas las dificultades vive feliz. Con su oro líquido en bota porque la manzanilla donde sabe realmente rica es allí. De pinchos este agosto pasado en Bilbao en, posiblemente, uno de los mejores de la ciudad, el dueño, entre recomendaciones y charlas, me habló de Sanlúcar sin saber que también soy un poco de allí, de lo mucho que disfruta cada vez que baja, de lo bien que se come y bebe y entre copa y copa me sacó del fondo de su nevera una botellita de Antonio Barbadillo, Sacristía. Aparté educadamente la copa de txacoli que tenía entre manos -bueno, pero como caserita...- y le pedí que sirviera manzanilla hasta el infinito y más allá. No tenía langostinos, menos acedías, pero maridó perfecta con todo lo suyo. Sanlúcar será capital gastronómica este año 2022 y no se me ocurre un sitio que lo merezca más porque toda ella es para comérsela. Con manzanilla en abundancia.

El reloj electoral en Andalucía se ha puesto en marcha tras la escenificación de ruptura que esta semana ha hecho Vox con respecto al PP, a quien ha dado el argumento que necesitaba para convocar cuando el presidente quiera. ¿Y quiere? No quería, de hecho su intención era o aguantar hasta otoño o acercarse al verano y aunque repita que lo hará cuando a la comunidad le venga bien, lo real es que en San Telmo ya ojean el calendario, estudian sondeos y miden debilidades de sus adversarios. El PP parte de la idea de aguantar lo máximo y que se traslade la imagen de bloqueo, de victimizarse ante una situación que principalmente provoca Vox porque quiere elecciones ya y porque ha endurecido su discurso en boca de Manuel Gavira sobre Moreno Bonilla y porque con los datos internos que maneja sabe que el PP se acerca a la mayoría absoluta y en ese escenario su suma puede ser innecesaria, por ello la decisión es traer a Macarena Olona de candidata a Andalucía en la idea de quitarle al PP el voto más radical de la derecha por cuanto el tono moderado de Bonilla puede no satisfacer a todo el electorado de derecha. De hecho, este jueves Tomás Fernández, diputado por Huelva y cargo orgánico de peso en la formación de Santiago Abascal, convoca una cena en Huelva a la que asistirá Olona y lo más florido de la formación en lo que se entiende casi una puesta de largo para la nueva candidata, que parece haber aceptado el reto y que atizará con firmeza la campaña andaluza.

Ciudadanos y PSOE viven, por su parte, la realidad de manera dispar. Mientras Juan Marín intenta darle verde andaluz a la marca y recuperase algo tras el embrollo de las grabaciones -muy complicado por la deriva negativa en la que ha entrado Cs y las constantes dimisiones como la última de Maldonado en Málaga-, al PSOE el posible adelanto le coge con el paso cambiado porque el efecto de Juan Espadas está lejos de ser un efecto y un resultado excesivamente malo le puede pasar factura. Aunque todos entienden que tiempo no ha tenido para recuperar el terreno perdido, la política no se interpreta desde la tolerancia sino bajo la óptica de la urna y cuando uno pierde por mucho de poco sirven las explicaciones. Y hoy la realidad es que el PSOE está lejos de inquietar al PP. Con esta situación electoral y con los presupuestos tumbados, con el país entero viendo en directo cómo el parlamento andaluz ha arrinconado al PP, el ciclo electoral arranca y ya huele a elecciones. Y después vendrán las municipales, ante lo cual comienza el baile.

En las provincias también se sienten los primeros amagos, de hecho los congresos son claves en este sentido porque ordenan orgánicamente los poderes en los partidos. Tras los regionales llegan los provinciales y aunque como en el caso del PSOE todo está encauzado tras las primarias y los acuerdos cerrados, ahora toca ordenar. Como en Cádiz, donde Ruix Boix continúa en su cábala para satisfacer a tantos con tan poco y la pregunta interna que muchos se hacen no es si saltará la gresca sino cuándo porque tiene un partido fraccionado en muchos trozos y la diputación, que es donde está el poder y el dinero, en manos de Irene García al menos dos años más. Y no demasiados aliados en Sevilla y Madrid.

El PP, por su parte, salió de su congreso en Granada con el reparto hecho, con una sensación de fortaleza del entorno de Moreno Bonilla y de Isabel Díaz Ayuso, que por día gana terreno en popularidad y se convierte en un problema mayor para Casado. De hecho, un estudio reciente señala que de entre el electorado del PP el 66,7 se decantaría por Ayuso como candidata frente al 26,4 que optaría por Casado. Mucha diferencia. Y esto lo saben dentro del PP y por esto los nervios y las trifulcas entre las direcciones nacionales y las autonómicas, cada una de ellas con ramificaciones provinciales.

Con este panorama, nos cruzará este fin de semana una borrasca bautizada como Arwen, un frente de frío ártico que traerá nieve y ambiente gélido de norte a sur. Y con frío cruzaremos este final de noviembre para meternos directamente en el último mes del año, de una Navidad cercana que pese al aumento de contagios y la amenaza de medidas restrictivas se presenta muy festiva porque no se puede negar que el personal en general tiene muchas ganas de pasarlo bien, de vivir. No es mal plan por eso en estos días fríos de cielo azul ir de paseo a mi querida Sanlúcar, tal vez de compras por el mercado, por alguna de sus muchas bodegas y, después, saborear unas tortillas de camarones o unas papas aliñás en la plaza Cabildo, acedías en bajo de guía, langostinos en bonanza, caza en la algaida o unas copas de manzanilla pasada por el barrio alto. Lo dicho, tras lo pasado comer y beber de manera adecuada es hoy una cuestión capital.

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