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El pobrecito hablador

Habemus Mariano

de los ministerios de Recortes, el de No Lo Llames Emigración Llámalo Movilidad Exterior, la de Incultura y Mucho Deporte, y la de No Me Hable De Pensiones

Ya está. Al fin tenemos gobierno. Han sido necesarias dos elecciones y que un amplio elenco de diputados se unan a la lista de Judas, Bellido Dolfos y Bruto, pero al final el inmovilismo y el ponerse de canto da sus frutos.

Ya tenemos Presidente. Y más pronto que tarde se repartirán las carteras de los ministerios de Recortes, el de No Lo Llames Emigración Llámalo Movilidad Exterior, la de Incultura y Mucho Deporte, y la de No Me Hable De Pensiones Que Me Da La Risa. Ilusionados, los candidatos a ocuparlas piensan en la gran responsabilidad que puede recaer sobre ellos, y en cómo van a decorar el despacho de su próximo cargo como consejero de una empresa del Ibex.

Será una legislatura movida, con un parlamento muy fraccionado. Un partido de gobierno, empeñado en la máxima de repetir mentiras miles de veces hasta hacerlas pasar por verdad, un partido en la oposición y otro en la oposición a la oposición. La cosa no ha empezado demasiado bien, y el listón de la violencia verbal ya se ha puesto a alturas de récord.


reo que muchas de sus señorías deberían aclararse sobre cómo y de qué manera se debe hacer política en este país. Porque si lo haces desde la calle, malo, si lo haces como partido, malo. A ver si al final lo que les molesta es que se haga política contra ellos y sus medidas.

Al nuevo gobierno le esperan duras y trascendentales tareas. Para empezar, encontrar una excusa que explique que no queda un duro en la hucha para las pensiones, que sea creíble y que, sobre todo, haga recaer las culpas en otro. También tendrán que afrontar una amplia reforma de la Justicia, comenzando por cambiar las bancadas en los juzgados para los acusados por gradas abatibles y ampliables, no se vayan a pillar los dedos. Y lo más complicado de todo, habilitar una plaza de aparcamiento para el tractor del Presidente.

Todo está en el aire y seguro que habrá sorpresas. De lo que si estoy seguro es de que no es en absoluto necesaria ninguna manifestación para rodear el Congreso. El Congreso ya está rodeado. De casos aislados.

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