Sí amigos y convecinos, lectores todos. España es de nuevo el faro de Occidente, la luz de la civilización, el referente, el alfa y el omega. La caña de las legañas. No hay problema que acucie ahora a la población mundial que no sea capaz de solucionar una mujer o un hombre nacido en la piel de toro.
¿Que nos preocupa que Corea del Norte se blinde y construya armas de destrucción masiva? No tenemos más que mandar a un par de concejales, un expresidente de comunidad autónoma con su cohorte de consejeros, y donde antes había un complejo nuclear, al cabo de dos semanas, se alzará un solar con un enorme cartel que anuncie la construcción de una nueva línea de metro que nunca verá la luz. Los desfiles militares los hará Orange Market y habrá menos misiles y mas confeti.
Si nos asustan las decisiones de Trump, enviamos a nuestro presidente como asesor, y mientras le habla de la cerámica de Talavera y de construir máquinas que hagan máquinas para el alcalde que quieren los vecinos que sea el alcalde, se pasan los cuatro años sin darse cuenta. Y medio Partido Republicano en Alcatraz. Sí, tendrán que volver a abrirlo.
¿Que a los países escandinavos se les quedan las cárceles vacías? Nada más sencillo. Les regalamos unos fiscales del Estado con un lazo para que les den vueltas a Twitter y en un plis tienen overbooking. Mano de santo. ¿Sus periódicos son aburridos? Les prestamos un par de directores de aquí y en un mes Hamlet era bolivariano, y Hans Christian Andersen escribía cuentos pagados por Venezuela para comerle el coco a los pobres niños.
Si las películas ya no te emocionan ni te encogen el corazón , llenaremos Hollywood de actrices que bordaran como nadie papeles de sordas, mudas y tonta, tan reales que te helaran las entrañas. Que tiemble Julia Roberts.
Y si en cualquier país del mundo se extinguen las ranas, los sapos o cualquier batracio, que no pierdan la Esperanza.
Esto es España. Auuuu. Auuuu. Auuuu.