Con una bañera llena de moho, sin grifo en el fregadero de la cocina y sin azulejos en una pared del cuarto de baño. En estas condiciones lleva viviendo desde el pasado mes de septiembre Agustín y Mª Carmen con su hija de 18 meses en una de las viviendas municipales de Suvipuerto, ubicada en Santa María de la Cabeza.
“En el baño teníamos los azulejos que se iban a caer de la humedad que hace aquí y vinieron los técnicos y en vez de solucionarnos el problema, lo que hicieron fue quitarlos y aún estamos esperando a que vengan a ponerlos o nos digan algo”, explica esta vecina. A esto se suma, tal y como apuntan, la bañera en sí. “Nos entregaron la vivienda con la bañera en estas condiciones y nosotros no nos duchamos ahí, sino que para ducharnos lo hacemos dentro de un barreño porque esto no está en condiciones”, apuntan.
Además, Mª Carmen y Agustín han denunciado que desde el momento en el que le entregaron la vivienda había atascos en el baño. “Desde el principio hemos tenido estos problemas y por más productos que le hemos echado para intentar que se solucione el tema, no lo hemos conseguido, porque creemos que es un problema de la instalación general”, cuenta Mª Carmen.
Igualmente, cabría señalar que otra de las dificultades por la que han tenido que atravesar estos vecinos ha sido que el termo para calentar el agua con el que se encontraron en el momento de acceder a la vivienda estaba obsoleto. “Estuvimos los meses de septiembre, octubre y noviembre sin agua caliente. No teníamos para ducharnos, ni para calentar los biberones de la niña y le teníamos que pedir los favores a los vecinos”, puntualizan. Una situación que, según lamentan, se ha vuelto insostenible. “Sólo queremos que nos atiendan las necesidades que tenemos porque cuando firmamos el contrato nos dijeron que todo estaba en “perfectas condiciones”, cosa que después no fue así”, afirma Mª Carmen.
En este sentido, desde la Coordinadora de los inquilinos de viviendas municipales, Miguel García alega que “por Ley, las reparaciones las tiene que hacer el propietario, en este caso, Suvipuerto”.
De esta forma, la familia a nivel particular ha solicitado una reunión con Suvipuerto, de la que aún no han recibido contestación.
Otra de las cuestiones en las que habría que incidir, en este punto, es que esta familia no cuenta con recursos económicos con los que subsistir. “No tenemos ayuda ni nada, vamos a Cáritas a pedir alimentos y, en la medida en la que podemos, pagamos la luz, el agua y el alquiler”, establece Mª Carmen. Un alquiler que cuenta con la reducción, por lo que pagan mensualmente 85 euros al mes. No obstante, y una vez que finalice el contrato, el alquiler experimentaría una subida de un 67% más, a lo que también habría que añadir el IBI.