Este miércoles, José Chamizó presentaba en El Puerto ‘¿Quién ha dicho que vivir sea fácil?’. Una reflexión basada en experiencias personales en las que, el que haya sido defensor del pueblo durante 17 años, invita al lector a adentrarse en la realidad social más profunda y cruda que ha vivido junto a los más desfavorecidos.
¿Qué nos descubre ‘¿Quién ha dicho que vivir sea fácil?’?
Pienso que descubre dos aspectos, uno es la actualidad de todos los temas que podemos englobar dentro de la exclusión social, cuando hablo de exclusión social, no sólo hablo de pobreza económica sino que hablo de muchos colectivos que además pueden tener otros problemas como pueden ser las personas mayores o el maltrato, los jóvenes y la falta de empleo aunque estén en familias que los puedan alimentar; eso por una parte. De cada uno de los temas que trato hay una especie de miniensayo sobre la actualidad de la situación. Y, por otra parte, se descubren aspectos biográficos míos e historias que me han ido sucediendo a lo largo de los años, antes de ser defensor del pueblo y después de ser defensor.
¿En qué se ha basado a la hora de escribir este libro?
Me he basado en mis experiencias personales e institucionales, los 17 años que he estado como defensor, pero fundamentalmente es una experiencia personal. El capítulo de droga entero es toda mi experiencia en el ámbito de las drogas, hay cosas que continuarán más adelante, como ahí ha habido muchos temas, no cabía todo lo que podía ser mi experiencia.
¿Qué le invita a escribirlo?
Me invita la editorial curiosamente. La editorial había hecho un seguimiento de estos que ellos hacen de personas que les puedan interesar, y me propusieron el hacer este libro, y yo me lo pensé, y después de ver que podía ser una aportación importante para toda la gente que trabaja en el campo de lo social, asociaciones, trabajadores, médicos, educadores sociales, gente del mundo de la droga… creo que para todos ellos puede ser un bonito método de trabajo.
Además, la presentación de este libro en El Puerto ha llegado en un momento clave, ¿no?
Ha coincidido. No es precisamente una despedida, y menos de El Puerto donde hasta que no se terminen las viviendas como alternativa a los vecinos de la barriada de José Antonio, seguiré yendo, hasta que no estén terminadas seguiré yendo por El Puerto.
¿Qué tipo de propuestas realiza este libro a través de sus páginas?
Creo que fundamentalmente la esperanza. Todos los testimonios que hay son de gente que ha sufrido muchísimo, de gente que ha vivido intensamente lo que es la parte oscura de la vida y cómo ahí mismo han encontrado la fuerza para superarse. Esto se dice ahora con un término muy moderno que es ‘recipiencia’, que es la fuerza que tiene la gente que sufre para salir de su situación e incluso para ayudarnos a pensar en que todo tiene arreglo, cuando la gente se compromete y se solidariza.
¿Ha querido también dar voz a aquellos que no la tienen?
Totalmente. Todos los que hablan, algunos con humor, otros con tristeza, son gente que nunca ha tenido voz pública.
Este libro ya ha sido presentado, ¿cuáles son las primeras impresiones que ha recogido de sus lectores?
A mí la gente me transmite sensaciones positivas. Para algunos los capítulos muy fuertes, pero es que la vida es muy fuerte. Se está vendiendo bastante en Andalucía especialmente, pero en otros puntos de España también. Estoy contento con la experiencia, que no es una experiencia económica, el dinero que se recaude es para una asociación concreta, pero me parece que este libro está causando buena impresión, porque yo creo que también alterna mucho el humor con lo serio. No es un libro lacrimógeno ni mucho menos, está lleno de vida y de esperanza también.
Hagamos un recorrido por su trayectoria, usted comienza con ayuda a barrios marginales, después pasa a un cargo institucional… desde su punto de vista, ¿desde dónde se puede hacer más?
Creo que se pueden hacer cosas desde los dos sitios, honestamente. Creo que desde el cargo oficial hemos conseguido cosas como el que volvieran a imponer una ayuda como el salario social, que los enfermos mentales estuvieran mejor tratados, que los barrios marginales estuvieran más atendidos… desde lo institucional se pueden hacer muchas cosas. ¿Qué ocurre? Que desde el movimiento asociativo también se pueden y se deben hacer muchas cosas. El único problema del movimiento asociativo es la dependencia económica de las administraciones. Ahora que no hay dinero, parece que las asociaciones son las culpables de todo, cuando a mí me parece que las asociaciones hacen una labor social increíble y muy positiva para la gente. Yo voy a crear una asociación sólo de voluntarios que no acepten dinero de la administración, precisamente, para no vernos en esta posición en la que estoy viendo a muchas asociaciones.
A lo largo de estos años como defensor del pueblo, ¿qué situaciones o historias particulares le han llamado la atención?
A mí mucho lo de los enfermos mentales, porque han sido muchas las historias que hemos vivido y eso sí me ha llamado mucho la atención, me ha dolido. Igual que las de los niños cuando son víctimas de agresiones o cuando ellos son los agresores.
Hemos hablado antes de su vinculación con El Puerto, ¿cree que próximamente se podrá solventar la situación de estas familias de la barriada de José Antonio?
Bueno, uno espera ante todo y estoy informado de cómo van los temas, de cuando se retrasan, cuando no, de cuando va hacia adelante. Esperemos que salga porque esa es la ilusión que nos queda.
A su juicio, ¿qué características esenciales debe tener un defensor del pueblo?
Él debe estar en continuo contacto con el pueblo, él es el que tiene que llevarle al Parlamento, a los partidos políticos las preocupaciones del pueblo, pero todas y cada una de ellas, les moleste o no les moleste a los políticos. Él es un aliado del pueblo, no del poder político.
En la sociedad actual que vivimos, ¿qué papel juega esta figura?
Creo que es importante, en Andalucía especialmente, porque desde aquí hemos construido una forma de hacer visible los problemas que tiene la gente y de que las administraciones busquen soluciones a los problemas que tiene la ciudadanía.
¿Cree que desde que comenzara la crisis su labor ha ido adquiriendo mayor notoriedad?
Sí, es verdad, pero yo pienso que la notoriedad ya la tenía la institución. No me gusta hablar sólo de mí porque aquí trabaja mucha gente comprometida con la causa de los más vulnerables y con todo el mundo, también con las clases medias. Creo que se ha convertido en un referente para toda la gente de Andalucía.
Este libro viene a sumarse a otros de poemas y teatro, ¿tiene más publicaciones en mente?
Sí, estoy trabajando ideas. Tanto teatro, como una especie de memorias de lo que han sido estos 17 años. Siempre vinculado a lo social, porque fuera de eso, me pierdo. Tengo más ideas de otras cosas, pero fundamentalmente relacionado con lo social.
De cara al futuro, ¿cuáles son los retos que ahora mismo se plantea?
Bueno, ahora volveré al movimiento asociativo, seguir siendo cómplice con la gente que más sufre y que luche por los demás. Esa es mi idea, a ver cómo se va articulando todo. Yo no tengo grandes proyectos de tiempo. Me centro más en lo inmediato y ahora esto pasa por la asociación que se va a llamar ‘Voluntarios por otro mundo’ con la que comenzaremos el mes que viene y es para toda Andalucía, aunque seguramente tendrá mucha más fuerza en Cádiz y la zona por la que yo me he movido siempre.