Los datos sobre el número de usuarios de los autobuses urbanos de San Fernando se pueden considerar positivos a fuerza de ser optimista y dar por bueno que se han perdido menos usuarios de los que se esperaban, pero independientemente de los números aportados por este periódico, está ese otro dato de cómo las menores pérdidas de viajeros no logran enjugar ni de lejos el déficit económico, hasta el punto de que ha tenido que destinarse al servicio el doble de dinero que estaba previsto. De todas formas y a pesar de esas cifras relativamente optimistas, el problema del transporte público de San Fernando es que ni antes de la remodelación de las líneas no después de ella, se comporta como un elemento vertebrador de la ciudad. Es cierto que eso es difícil en una ciudad lineal como es La Isla, pero existen alternativas transversales equidistantes que pueden conseguir resultados positivos a poco que se pongan en marcha. Si lo permite el tranvía, claro.