Estos trabajos tienen como objetivo profundizar en el conocimiento arqueológico
El Patronato de la Alhambra y Generalife ha comenzado la primera fase de la intervención arqueológica en el conjunto fortificado conocido como Torres Bermejas, situado en la colina del Mauror, al suroeste del cerro donde se alza el monumento.
Estos trabajos tienen como objetivo profundizar en el conocimiento arqueológico que servirá, en fase posterior, para realizar los trabajos de revalorización de esta muestra de la arquitectura defensiva medieval, de indudable valor patrimonial y monumental, desde una perspectiva histórica, arquitectónica, arqueológica, paisajística y de uso cultural y turístico, ha informado el Patronato en una nota.
Una vez finalizada la intervención, se elaborará un proyecto de conservación, que forma parte de las actuaciones que se incluyen en el Plan Director de la Alhambra (2007-2015), que contempla en un futuro su posible apertura al público, la instalación de una pequeña sala de exposiciones de uso múltiple y su integración en los itinerarios del entorno del recinto.
El servicio de Conservación de la Alhambra ha coordinado esta intervención que, previamente, ha contado con la elaboración de estudios previos, en los que han colaborado diferentes especialistas, desde arquitectos, arqueólogos, historiadores, o paisajistas, y que están permitiendo conocer en profundidad este enclave del conjunto monumental, sus elementos singulares, las características topológicas, cronológicas e históricas de la edificación y su relación territorial y paisajística con el recinto de la Alhambra y con el resto de la trama urbana de la ciudad palatina.
La intervención arqueológica dará a conocer la organización y evolución de Torres Bermejas. Para ello, está previsto, en esta primera fase, que se realicen cinco sondeos arqueológicos.
Torres Bermejas constituyó una fortaleza avanzada del recinto nazarí y una de las principales defensas militares de la ciudad. Consta de tres grandes torreones, de los cuales el de mayor dimensión es el central, levantados con tapia de argamasa. Estas torres están unidas entre sí por una muralla de tapial que forma un pequeño patio de armas de geometría aproximadamente rectangular.
A lo largo de su historia, se distinguen diferentes fases constructivas, correspondiendo los restos más antiguos a finales del siglo VIII y comienzos del IX. Tras la conquista cristiana se realizan reformas constantemente, comenzando con la reconstrucción de la torre central, aprovechando las estructuras andalusíes previas, y continuando por una serie de obras de ampliación y restauración.
En el siglo XVIII se acometen dos intervenciones en la superficie del tapial y en el enlucido de cal sobre la superficie exterior de la torre central. En la primera mitad del siglo XIX, Torres Bermejas se encuentra en un estado de abandono y deterioro, por lo que en 1854 se realizan reformas interiores y exteriores.
En 1962 pasa a manos del Patronato de la Alhambra y se acometen diversas actuaciones con una finalidad de conservación y readaptación de todas las zonas de distribución exterior. En cuanto a su uso, Torres Bermejas fueron usadas como cárcel, desde 1641, y cuartel. Entre 1769 y 1875 pasó a ser vivienda hasta que, en 1876, volvió a utilizarse como prisión militar.