El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha asegurado que "nadie, ni gobernantes ni instituciones, dentro o fuera del país", deben dudar ni sembrar dudas del compromiso de España con el euro y la integración política europea.
Así lo ha señalado Rajoy durante la clausura de la Asamblea Anual del Instituto de Empresa Familiar (IEF), donde ha recordado que los españoles han dado un mandato "claro" al Partido Popular para superar la crisis, aunque también ha advertido de que no se puede esperar que en pocas semanas se resuelvan cuestiones tan "largamente enquistadas en el tiempo".
"Nuestra apuesta es por la estabilidad económica y por las reformas en todos los niveles de la Administración", ha dicho el jefe del Ejecutivo, quien ha asegurado que el Gobierno que preside tiene una "enorme fortaleza política" derivada de las pasadas elecciones.
En cualquier caso, ha recordado que el proyecto reformista del Gobierno ha sido merecedor del apoyo "expreso" de las instituciones europeas e internacionales, cuya misión es velar por la vigencia de políticas que, "con realismo y decisión", acometan la solución de la crisis. "Exactamente lo que estamos haciendo en España", ha añadido.
En este sentido, ha repasado las reformas que ha puesto en marcha el Ejecutivo y ha avanzado las que se aprobarán más adelante para continuar con la agenda reformista eliminando las restricciones al comercio interior y fomentando la competencia en el mercado nacional, entre otras cosas.
Asimismo, el Gobierno seguirá mejorando la Educación y la captación de mano de obra reformando la educación secundaria y la formación profesional, y sostendrá la racionalización de costes y la explotación de la ventaja competitiva del país.
MÁS REFORMAS
De esta forma, apostará por una reforma "profunda" del sector energético, presentará "en breve" un plan de infraestructuras, transporte y vivienda y seguirá implantando medidas en inversión e i+D.
Según Rajoy, España atraviesa una situación "muy difícil", en medio de las turbulencias que definen la actual situación económica europea, lo que incrementa las dificultades nacionales y exige ser "más riguroso y exigente" en la reconstrucción de la imagen de país "solvente y responsable".
Así, ha asegurado que el Gobierno no dejará de hacer "todo lo necesario" para hacer frente a las dificultades actuales, aunque se haya visto obligado a tomar medidas "duras" porque lo han exigido las circunstancias. "Hay cosas que no estamos haciendo por gusto, sino por pura necesidad", ha indicado.
KILÓMETRO CERO
En este sentido, ha indicado que España aún está en el "kilómetro cero" de una "larga" agenda reformista que se prolongará hasta el último día de la legislatura, que no dejará frutos inmediatos a su paso, pero marcará "un antes y un después" en la capacidad de la economía para crecer y crear empleo.
De hecho, ha garantizado que el Gobierno no improvisará ni se impacientará, aunque tampoco se va a detener. "Ni dejaremos de hacer nada de lo que sea necesario ni abandonaremos el esfuerzo antes de que España esté recuperada", ha señalado.
Así, Rajoy ha admitido que se le podrán reprochar algunas cosas, pero "nunca la cobardía" de no cumplir con el deber por temor a "los riesgos o la impopularidad", porque los sacrificios no servirán si no se está dispuesto a sostener el rumbo "sin bandazos, sin improvisaciones y sin temor".
NO VALE CON "SALIR DEL APURO"
Rajoy ha explicado que la responsabilidad del Gobierno no concluye al recuperar el crecimiento y el empleo, puesto que eso sería conformarse con "salir del apuro" y dejar el trabajo "a medio hacer".
Así, ha explicado que España tendrá que desenvolverse en un mundo más "competitivo y exigente" que el conocido hasta ahora, motivo por el que las reformas del Gobierno no quieren ser "alicortas, sino ambiciosas", puesto que habría que haberlas implementado aunque no existiera la crisis.
"Ésta es nuestra tarea", ha dicho Rajoy, quien ha admitido que no está condiciones de ofrecer "buenas noticias" a los españoles, aunque, a su parecer, la "mejor noticia" es que se está actuando ya, que se hace en la dirección correcta y que no se tardará en detener el desplome económico como paso previo para "empezar a construir".
PIDE CONTRIBUCIÓN A LOS EMPRESARIOS
Según ha dicho, el Ejecutivo tiene por delante una "gigantesca labor" que está a su alcance y que compromete a todos, también a los empresarios, que son un "engranaje muy importante" en la maquinaria económica. "Su contribución al esfuerzo común siempre será decisiva", ha dicho.
En este sentido, Rajoy ha asegurado que la agenda de reformas comparte los objetivos del sector empresarial español: poner unas bases sólidas para que la economía se reactive y se vuelvan a crear puestos de trabajo.
"Con nuestra agenda reformista el Gobierno ha marcado un rumbo para que España vuelva a ocupar la posición que merece y le corresponde: la posición de liderazgo que tantas empresas tienen en el mundo", ha subrayado.