El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha asegurado este martes que sus tres predecesores en el cargo --Jordi Pujol, Pasqual Maragall y José Montilla-- no tendrán un busto en el patio de los Tarongers del Palau de la Generalitat en Barcelona.
Así, sólo contarán con bustos los dos presidentes de la Mancomunitat de Cataluña y los presidentes de la Generalitat de la etapa republicana y en el exilio.
Mas lo ha dicho tras inaugurar un busto que honorará el segundo presidente de la Mancomunitat, Josep Puig i Cadafalch, que ocupó este cargo entre 1917 y 1923, cuando esta institución fue disuelta durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera.
Este martes también se ha restablecido en su lugar original el busto del primer presidente de la Mancomunitat, Enric Prat de la Riba, que el franquismo retiró en 1939.
De esta forma, en el Pati dels Tarongers habrá cinco bustos: al de Prat de la Riba y al de Puig i Cadafalch se suman el de los presidentes de la Generalitat en la etapa republicana y en el exilio.
Son el de Francesc Macià (inaugurado en 1984), Lluís Companys (1990), Josep Tarradellas (1999) y Josep Irla (2000), y estos tres son obra del escultor Josep Maria Subirachs.
"Aquí se acaba la serie", ha destacado Mas, que ha dicho que su objetivo es que en el Pati dels Tarongers estén las personas que a lo largo del Siglo XX pusieron las bases de la Cataluña moderna.
"La resta de presidentes no deben estar aquí", ha dicho Mas, que ha resaltado que así lo conversó con uno de sus predecesores, aunque no ha revelado con quién de ellos.
CENTENARIO DE LA MANCOMUNITAT
Con la nueva ubicación del busto de Prat de la Riba y la inauguración del de Puig i Cadafalch, el Govern pone punto y final a los actos del centenario de la Mancomunitat de Catalunya, constituida en 1914, como órgano que agrupaba a las cuatro diputaciones provinciales y que fue el primer intento de restablecer el autogobierno catalán tras la caída de Barcelona en la Guerra de Sucesión, en 1914.
El busto es obra del escultor Manuel Cusachs, con lo que se homenajea a un hombre que además de político, fue impulsor del Institut d'Estudis Catalans (IEC), precursor de la arqueología clásica en Cataluña con las excavaciones en Empúries (Girona) y uno de los arquitectos modernistas más destacados.
Fue Puig i Cadafalch quien decidió situar un busto en el Pati dels Tarongers para honorar a Prat de la Riba, algo que se decidió el 1 de agosto de 1918, un año después de la muerte de su predecesor.
El acto ha contado con la presencia de todos los consellers, descendientes de Puig y Cadafalch, representantes de las localidades de Mataró --donde nació y surgió la iniciativa de hacer su busto-- y Argentona --donde veraneó--, y también del presidente de la Diputación de Barcelona, Salvador Esteve.