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El G-20 acuerda erigirse en el árbitro de la economía mundial

El grupo de países del G-20, reunido ayer en Pittsburgh, decidió convertirse en el arbitro que dirija la economía internacional, lo que le dotará de más poder para impulsar las reformas financieras necesarias para afrontar la crisis.

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  • Zapatero y Obama posan para los medios durante la cumbre. -
El grupo de países del G-20, reunido ayer en Pittsburgh, decidió convertirse en el arbitro que dirija la economía internacional, lo que le dotará de más poder para impulsar las reformas financieras necesarias para afrontar la crisis.

En un comunicado, la Casa Blanca explica que esta decisión se debe a los “cambios espectaculares que se están produciendo en la economía mundial, y que no siempre se reflejan en la arquitectura global para la cooperación económica”.

“Pero esto ha empezado a cambiar hoy (por ayer)”, añade el comunicado, al explicar que “los líderes del G-20 han alcanzado un acuerdo histórico para poner a este grupo en el centro de sus esfuerzos para trabajar juntos en la construcción de una recuperación duradera y en la eliminación de las debilidades que condujeron a esta crisis.

La decisión de poner al G-20 en el centro de las decisiones económicas supone, de hecho, un cambio en la estructura económica internacional, que hasta ahora tenía el grupo de los siete países más ricos y Rusia, el llamado G-8, como el foro donde se tomaban estas decisiones.

Pero la debacle financiera que apareció tras el hundimiento del banco de inversión Lehman Brothers, hace un año, hizo necesaria la instauración de un nuevo foro en el que tuvieran voz los países emergentes, y el elegido fue el G-20, un grupo que hasta entonces había pasado desapercibido en la escena internacional.

Del G-20 forman parte naciones emergentes como China, India, Brasil, México y Argentina.
Ahora, gracias al acuerdo alcanzado en la cumbre de Pittsburgh, el G-20 se constituirá como el principal foro de cooperación económica mundial.

“Esta decisión –explica la Casa Blanca– pone sobre la mesa la necesidad de construir una economía mundial más fuerte, más equilibrada, así como de reformar el sistema financiero y mejorar las condiciones de vida de los más pobres”.

En paralelo, el G-20 ha decidido reforzar otras instituciones financieras internacionales, y entre ellas el Consejo de Estabilidad Financiera, que en abril ya se decidió que incluyera a todos los países del G-20, lo que ahora ocurrirá también con el Foro Mundial de Transparencia e Intercambio de Información.

Este foro mundial es un órgano vinculado a la OCDE que trabaja para la transparencia y cooperación en materia fiscal.

El Consejo de Estabilidad Financiera, por su parte, se convertirá en la herramienta central del G-20 para impulsar reformas del sistema financiero mundial.

La cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de Pittsburgh arrancó el jueves con una cena de trabajo, y concluirá ayer con la difusión de un comunicado con los acuerdos a los que ha llegado el G-20.

En Pittsburgh, la ciudad del Ketchup y en la que nació el pintor Andy Warhol, se consolidó ayer el G20 como grupo de referencia global en detrimento del G8.

El nuevo estatus del G20, un grupo que se creó a nivel ministerial tras la crisis asiática de 1999, culmina un largo proceso de demandas del pujante mundo en desarrollo que reclamaba un organismo más representativo de la estructura económica mundial.

El Grupo de los Veinte –que engloba a los países del G8 más las principales economías emergentes– es ya ayer el “principal foro económico global” según la decisión adoptada por los jefes de Estado y Gobierno del organismo durante su cumbre de dos días en esta ciudad de Pensilvania.

INTERVENCIÓN DE ZAPATERO

El presidente del Ejecutivo español, José Luis Rodríguez Zapatero, instó ayer a los jefes de Estado y de Gobierno del G-20 a evitar que la cumbre de Pittsburgh sea la de “la conformidad” y les advirtió del riesgo de comenzar a crecer económicamente sin crear empleo.

Según informaron fuentes del Gobierno español, Zapatero intervino en la cena que ofreció el presidente estadounidense, Barack Obama, a los líderes del G-20 en el Jardín Botánico de Pittsburgh, con la que dio comienzo la cumbre.

Recordó en su discurso las tres etapas que ha atravesado el G-20 en su lucha contra la crisis financiera internacional. Si la cumbre de Washington fue la de la “confusión”, la de Londres fue la reunión de la “acción” y hay que trabajar para que la de Pittsburgh no se convierta en la cumbre de la “conformidad”.

Abogó así por afianzar los pasos dados en Londres para regular el sistema financiero internacional y subrayó que la salida de la crisis debe pasar por la economía sostenible.

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