Científicos de la Universidad de Granada han demostrado que un tratamiento natural a partir de harina fabricada con el insecto Tenebrio molitor, popularmente conocido como 'gusano de la harina', ayuda a prevenir la diabetes mellitus de tipo II.
Los investigadores, pertenecientes al grupo de Biorreactores (BIO-110), han obtenido e identificado péptidos (moléculas formadas por uno o más aminoácidos unidos por enlaces químicos) que pueden ejercer un efecto preventivo contra la diabetes a partir de la fracción proteica del insecto Tenebrio molitor, ha informado la Universidad de Granada.
El sustrato utilizado fue harina del insecto Tenebrio molitor, donada por la empresa salmantina Tebrio, una de las pioneras en la cría de insectos a nivel industrial en Europa.
Según los científicos, la producción de insectos es más sostenible y económica en comparación a la obtención de otras fuentes proteínicas y su valor nutricional es interesante para su utilización en alimentación humana.
La diabetes mellitus de tipo II es una de las enfermedades de mayor prevalencia actualmente, con más de 400 millones de personas afectadas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que fue la séptima causa principal de mortalidad en 2016 y se prevén 700 millones de afectados por esta enfermedad en 2045.
Las soluciones que se utilizan actualmente para su tratamiento son la inyección de insulina o la administración oral de diversos medicamentos que actúan inhibiendo enzimas como la DPP-IV o la glucosidasa.
También se usan análogos de hormonas involucradas en la restauración de la actividad de la insulina, característica que define la enfermedad, explican los investigadores, que apuntan no obstante que estas opciones utilizadas actualmente suelen tener efectos secundarios en seres humanos.
Recientemente se está investigando el potencial uso de los péptidos procedentes de proteínas alimentarias con capacidad para inhibir estas enzimas y generar un efecto antidiabético en el paciente.
La ventaja respecto a los tratamientos actuales es la ausencia de efectos secundarios y la fácil obtención de éstos a través de recursos naturales proteínicos.
Existen estudios in vivo con proteínas lácteas y marinas que demuestran que son una alternativa factible para ser utilizadas como ingredientes activos en alimentación funcional.
Según los autores del estudio, la utilización de insectos en alimentación funcional es y será un tema de investigación relevante en los próximos años porque se presenta como solución a diversos retos a los que se enfrenta actualmente la sociedad.