Desde hace unas horas un grupo de trabajadores han empezado a colocar las distintas piezas que conforman los palcos de Semana Santa. Es el toque de diana para todo lo que queremos que suceda en los próximos días y que tanto estamos anhelando después de dos años de ausencia para la mayoría y hasta tres para algunas cofradías.
En las Casas Hermandad el trabajo de la limpieza de objetos se acumula y un grupo de jóvenes, bajo las directrices del prioste, están poniendo a punto todo el rico material que servirá para darle el mayor esplendor a los pasos cuando desfilen por nuestras calles. Y, con el esmero habitual, se preparan las velas que, desde la hermosa candelería, iluminarán a los titulares, así como se analiza cómo ubicar las bellas flores que adornarán los pasos. Hay, sin duda alguna, una febril actividad que se lleva a cabo con la mejor entrega por parte de esos jóvenes cofrades que han querido involucrarse en la vida de la hermandad.
En otra zona de la Casa Hermandad, el espacio destinado a la expedición de las papeletas de sitio que, en la actualidad y como una nueva moda, sirve también para recordar cada salida con esas ilustraciones que se pueden disfrutar en ese ansiado documento que, en estos días, guardaremos celosamente y, de vez en cuando, miraremos para asegurarnos que este año saldremos a la calle.
Los hermanos costaleros preparándose para hacer la “mudá” y el posterior montaje de los pasos. En algunos casos, dentro de un acto de traslado de las imágenes desde su altar hasta el paso, donde adquirirán otra visión distinta y que tanto nos gusta contemplar.
Mientras tanto, en el lugar escogido, las bandas de cornetas y tambores y las agrupaciones musicales llevan a cabo los últimos ensayos de esas marchas que alegrarán el tránsito de los pasos por las calles. ¡Cómo han evolucionado estos músicos que ahora ofrecen auténticos conciertos!
Y, en nuestras casas, preparando las túnicas que estamos deseando vestir. Ya ha llegado la hora y ya está aquí la Semana Santa.
