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Huelva

Los disparos, un peligro real para el lince en Doñana

Constituyen la segunda causa de mortandad para los ejemplares silvestres de esta zona

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  • Linces en Doñana -

Hablar de Doñana, lince ibérico y muerte en Doñana lleva aparejado indisolublemente la palabra atropello, sin embargo, existen otros riesgos para la especie, como los disparos, que a día de hoy constituyen la segunda causa de mortandad para los ejemplares silvestres de esta zona.

Así lo denuncian desde Ecologistas en Acción, cuyo portavoz en el Consejo de Participación de Doñana, Juan Romero, ha resaltado que las muertes de linces ibéricos en la población Doñana-Aljarafe suponen actualmente el 18 por ciento del total.

A bote pronto esta cifra no parece muy alta, pero desde la organización se va más allá y se incide en que, en muchas otras ocasiones, los linces "son alcanzados por fragmentos de munición o perdigones que, si bien no le causan la muerte sí los merman en sus condiciones físicas".

Según los datos recabados por Ecologistas en Acción en el Consejo de Participación de Doñana, los casos más relevantes del impacto de la acción de esos furtivos son el de "Bárbaro" en 1997, cuyo cuerpo se encontró en el Estero Domingo Rubio de Moguer con 40 perdigones en el cuerpo, o el del lince sin identificar hallado en la finca Quemas de Aznalcázar (Sevilla) con 32 plomos.

Este último caso es, sin duda, el más recordado ya que incluso hubo un cazador imputado por estos hechos, si bien en octubre de 2014 la Audiencia Provincial de Sevilla archivó la causa a pesar de que "había pruebas suficientes contra el cazador imputado", como ponía de manifiesto el trabajo desarrollado por el SEPRONA de la Guardia Civil y a la Unidad Forense de Apoyo (UFOA) de la Consejería de Medio Ambiente de Andalucía.

Esta decisión cerró la vía penal y el hecho pasó a la vía administrativa, siendo desde ese momento la Junta de Andalucía la responsable de dirimir responsabilidades, sin que "desde entonces, que sepamos, se haya hecho nada", según el portavoz ecologista.

Según la fuente, esto pone de manifiesto que los cazadores furtivos "campan a sus anchas y con total impunidad" por el Espacio Natural y "disparan a los linces sin que nadie haga nada ni se depuren responsabilidades".

A los dos casos anteriores se suma el de "Salado", que en 2008 que desapareció en una cacería también en Aznalcázar, "sólo se pudo recuperar el collar, lo demás fue eliminado y se desconocen las circunstancias", explica Romero; y los casos de los ejemplares "Fael", "Fario" y "Esponja" en 2010.

El primero fue encontrado en avanzado estado de descomposición en La Puebla del Río (Sevilla), con 4 perdigones entre los restos hallados; el segundo fue hallado muerto en Almonte (Huelva) con un perdigón en un hueso y el tercero, una hembra, murió en Las Madres, en Moguer, con 13 plomos en el cuerpo, la mayoría en órganos vitales.

Ya en 2013 se halló un cráneo aparecido en Dehesa Tornero, Aznalcázar, con seis plomos incrustados, indica Romero, quien incide en que, además de estos casos, están los de aquellos linces atropellados que tras practicarle la necropsia se descubren en sus cuerpos restos de munición como en "Teo" en 2009, atropellada en Villamanrique de la Condesa, con 6 perdigones en el cuerpo, o los que mueren de viejos como "Viciosa", hembra criada en Coto del Rey, que tuvo seis partos y parió 15 cachorros y en cuyo cuerpo aparecieron 30 plomos.

Estos, según el Ecologista, son los casos de los que se ha proporcionado información, porque "existen más a los que no se da trascendencia pública alguna, quizás porque piensan que ocultando la realidad de los hechos todo se arregla".

Entre ellos, destaca el caso ocurrido en diciembre de 2014 cuando apareció un collar de lince manipulado, en Coto del Rey: "El cuerpo aún no ha sido hallado y, aunque el asunto está siendo investigado, no se ha dio ninguna información a la ciudadanía", según Romero.

Desde Ecologistas consideran que todos estos datos son más que "suficientes" para llamar la atención sobre esta realidad, sobre el "verdadero peligro" que supone la actividad "impune" de furtivos en el Espacio Natural de Doñana para el felino más amenazado del planeta y en cuya recuperación y conservación "se están gastando millones de euros" a través de programas Life, el último el Iberlince, dotado con más de 70 millones de euros.

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