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Huelva

El equipo del ascenso de la temporada 2008-09, un espejo en el que mirarse

La presidenta cree que "entonces remaban en la misma dirección"

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La Romería en honor a la Virgen de Montemayor ha terminado ya y muchas de las oraciones y plegarias dirigidas a la patrona este año por los moguereños han tenido presente al Club Balonmano Pedro Alonso Niño de Moguer, que a partir de este viernes disputa la fase de ascenso a la División de Honor Plata. Hace seis años por estas fechas, el equipo amarillo llegaba a la romería exultante, con el ascenso a esta categoría bajo el brazo y todo el pueblo vivió una gran fiesta dentro de su emblemática celebración. El equipo que logró aquel ascenso se caracterizó por ser una familia, según varios de los que formaron parte de ese hito. La plantilla que ahora quiere devolver al PAN Moguer a ese mismo destino, también destaca por ser una piña. Ahora le queda demostrar que merece seguir los pasos de su predecesor, que también estaba dirigido por Fernando Castelló.

   Teresa Ollero, hoy presidenta del club y entonces delegada, ha recordado de la fase de ascenso vivida en Torrelavega (Cantabria) que “además de conseguir el ascenso, el mejor recuerdo es el grupo humano que lo componía. Todos y cada uno de los integrantes complementaba al otro, todos remaban en la misma dirección. Y justo es eso lo que me recuerda a este equipo y es por eso que nos hace estar ilusionados”.

   Ollero ha valorado que en esta ocasión “tengo a mi hermano –Javi Ollero entonces ascendió con el Ángel Ximénez de Puente Genil-en mi equipo y no en contra, así que espero q eso sume también”. A esto ha añadido que el gran ambiente que reina en el vestuario actual hace que “me contagie de ellos. El hecho de ser presidenta y no delegada me daba la sensación de que estaban más alejados de mí, pero para nada es así”.

   Guillermo Sierra, que fue jugador en esa fase y durante muchas temporadas capitán del equipo, ha asegurado que “el mejor recuerdo que tengo es del grupo en general, del gran equipo que se formó no teniendo jugadores punteros y que destacaban demasiado del resto. Era un equipo desde el portero al extremo y desde los físios a la junta directiva y el presidente. Un gran equipo”.

   “Recuerdo la noche antes del último partido en el que había dolor, cansancio lesiones y tras comentar el partido del día siguiente y pasar por las manos de los físios levantarnos todos disponibles para el entrenador. Ese día, aunque doliera, no dolía... Había que jugar y ganar si o si”, ha relatado Sierra, que también rememora cómo “la gente estaba animándonos en la romería de Moguer y la virgen en su procesión con la bandera de Pedro Alonso Niño. También me acuerdo de Manu Carrillo haciendo fotos por el vestuario y por allí estaba también su padre, que falleció la semana pasada y quiero mandarle un abrazo a la familia”.

   Del equipo actual, el ex jugador amarillo ha opinado que “quizás ahora se tenga una gran oportunidad de subir de categoría, pero si no se consigue se ganará en experiencia en un equipo joven y potente”. A esto ha añadido que “es tiempo de ir poco a poco” y que de todas formas, “comparando los primeros partidos de la temporada y los últimos, hay un gran equipo, muy completo, con lanzamiento exterior, cuando nosotros solo teníamos la baza del gran Pedrito, buenos pivotes y grandes extremos con experiencia. La portería será la clave y seguro que rayaran a gran altura si se defiende como en los últimos partidos. Les deseo mucha suerte y que sepan que tendrán el apoyo de todo el pueblo”.

   Manuel Morales, que fue el presidente en los años más gloriosos del equipo y además de en la fase de ascenso de Torrelavega las siguientes en Gijón, Zarautz y Rentería, ha comentado que “las fases de ascenso son tremendamente intensas y te juegas el trabajo de todo un año en tres días. Las tres fases que yo viví fueron bien distintas, aunque el denominador común siempre fue el mismo, mucha ilusión”.

   “Esta fase no es distinta. Nos sigue moviendo la ilusión, aunque reconozco que esta fase la viviré con mas tranquilidad. Voy a Pontevedra a disfrutar con un equipo  que don Fernando ha sacado de la nada, un equipo en el que algunos jugadores todavía Fernando los está  formando, un equipo al que le ha transmitido su espíritu de ganador”, ha opinado el también ex jugador del equipo moguereño.

   Bajo su criterio la mayor diferencia que ve entre este equipo y el que ascendió es “la facilidad que tienen ahora posta hacer gol. La primera línea actual creo que es la mejor que ha tenido nuestro club en su historia. Una primera línea con tres cañoneros no es fácil de parar”. No obstante, ha matizado que “es cierto que el peso que tenía el equipo del ascenso le falta a éste, pero confío en que vamos a hacer un buen papel con el que los aficionados nos vamos a sentir orgulloso de nuestros jugadores y si hay que apostar, yo digo que vamos a ascender. Lo tenemos todo, gol fácil, un buen director de orquesta, juventud y veteranos que dirijan a los jóvenes. Y sobre todo mucha ilusión y unidad en el vestuario”.

   Joaqui Díaz Ponce fue uno de los jugadores del ascenso, tras el que se retiró. De este equipo ha destacado “el buen ambiente del vestuario. Creo que fui el último en incorporarme al grupo y la verdad que desde el primer momento me encontré totalmente integrado, a pesar de que la mayoría ya llevaban varios años juntos”.

   En su opinión “eso es fundamental para un equipo que quiera ascender. Aunque se podía decir que en el equipo había dos grupos, los de Sevilla y los de Moguer, pero en la relación personal no se notaba. Quedábamos para hacer barbacoas, la cervecita de después del partido tampoco faltaba nunca y eso creo que fue muy importante para poder ascender”.

   A nivel deportivo, Díaz ha señalado que “Fernando creo que fue  capaz de  conseguir sacar lo máximo de la mayoría de los que hacíamos el equipo. Es un entrenador que exige mucho y es otra cosa que  creo fue fundamental para subir. Espero que ahora la mano de Fernando se vuelva a notar y puedan subir”.

   De aquella temporada regular, Joaqui se queda con dos partidos, el Badajoz en casa, que fue después del accidente que tuvo Lauro Márquez, y en el que “nos jugábamos el primer puesto” y el último partido con Córdoba en casa, en el que “hubo un gran ambiente en el pabellón y fue donde nos clasificamos para la fase de ascenso”.


   De la primera de las dos fases de ascenso en Torrelavega, ha comentado que “para mí en realidad conseguimos subir. No empezó la  cosa muy bien, porque antes de llegar se nos averió el autobús. Después el partido clave contra Torrelavega, en el que hicimos un gran partido y esos dos puntos contaban para la fase final.  Después en la fase final, de los dos partidos sólo conseguimos un empate contra el Barça, pero fue suficiente”.

   En su memoria quedará para siempre un viaje de vuelta en el que “íbamos cantando sevillanas casi todo el tiempo, ya que coincidió con la romería de Moguer. El recibimiento en Montemayor, en la romería, también fue muy emocionante y lo bien que lo pasamos aquella noche, con todo el grupo junto”. También ha rescatado el paseo por Moguer y el recibimiento en el Ayuntamiento, con toda la gente de Moguer que vivió esa temporada y el ascenso”.


   Fidel Márquez, ex jugador que estuvo en el equipo que logró el ascenso a la Primera División, ha expuesto que “el recuerdo que me trae aquel ascenso se simplifica en una sola palabra:  equipo. Tras una temporada durísima, con muchas incidencias, el jugar en casa, con un Zenobia al 100% de su capacidad ocupado, con aquel ambiente mágico esos días en Moguer… Aún lo rememoro y me emociono”. A la mente le vienen “nombres de algunos que ya no están con nosotros y que fueron vitales, como el gran Sergio Juan, nuestro autentico líder, el mítico Oleg Diakov, que estará en su Ucrania natal, y de la piña que éramos el resto del equipo”.

   Ese grupo estaba compuesto por varias generaciones “muy importantes” en el balonmano de base moguereño. Desde los “cuasi pioneros, que los encarnaba el pivote Sergio, pasando por los magníficos del 71-72 capitaneados por el capitán y referente en ataque Carlos Cumbreras, más los del 74-75 que fue nuestra puesta de largo en la responsabilidad de dar un cambio generacional muy complicado, hasta algunos de la gran generación del 78 que ya asomaban y que luego serían historia del club”.

   Márquez ha resaltado que “lo más importante es que éramos y sentíamos el amarillo como propio. Todos de la casa y triunfando en casa. Son recuerdos indelebles para todos los que fuimos partícipes de aquello. Como característica principal de ese equipo fue que tenía mucho corazón. Sobre todo motivados desde el banquillo por la figura de Juan de Dios Gómez Cabrera”.

   Por su experiencia, el consejo para el grupo que defenderá al PAN en Pontevedra es saber “qué camiseta están representando, que significa para Moguer el balonmano y sobre todo que sientan este acontecimiento como algo que les puede marcar positivamente en su vida, además de confiar en los ejemplos que pueden darle los veteranos como Alejandro Millán u Ollero".

   Otro ex jugador que ahora sigue demostrando que está muy en forma en competiciones de atletismo y duatlón como Pablo Moriña, ha expuesto que “este año no he podido asistir a muchos partidos, pero por lo que he comentado con antiguos compañeros que ahora esta involucrados en labores directivas, destacan sobre todo la implicación de todos los jugadores con cualquier faceta del club tanto económica como deportiva”.

   En su opinión “quizás han dejado de lado  aspectos materiales, sobre todo económicos, y han recuperado la ilusión por jugar a  balonmano como hacíamos hace años, sin preocuparnos para nada el dinero porque era nuestro hobby, y no nuestra forma de vida”.

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