Mientras las fuerzas vivas de Granada tratan de salvar su aeropuerto, Jaén sigue en lo suyo, a verlas venir y no luchar por mejorar sus pésimas comunicaciones
Las fuerzas vivas de la vecina Granada, que dicho sea de paso son más activas en la defensa de sus intereses, de vez en cuando crean sus mesas y sus plataformas y hacen causa común cuando sienten algún tipo de olvido de las administraciones, están ahora tratando de salvar su aeropuerto, que de un tiempo a esta parte ha rebajado bastante su actividad a causa de la crisis, tanto es así que se ha llegado a temer por su desaparición según las noticias más pesimistas, aunque fuentes de Fomento lo han desmentido. El caso es que la sociedad granadina, y sus representantes políticos, sindicales, económicos y sociales, se han sentido concernidos y llevan meses en una campaña a favor del aeropuerto, de la que Jaén está completamente ausente, lo cual viene a confirmar que incluir el nombre de esta provincia en la denominación del aeropuerto ‘Federico García Lorca Granada-Jaén’ fue solo un gesto político del momento, en primer lugar para acallar cualquier reivindicación de un aeropuerto propio, que ni en los mejores momentos de la economía nadie ha tratado de defender, salvo raras excepciones en el anterior siglo y en el actual, que no llegaron a mayores; y en segundo término porque convenía políticamente y como a Jaén se le ha negado casi todo, se le dio este caramelo de una proyección internacional más virtual que otra cosa. Que el aeropuerto no se siente como propio lo dice bien a las claras que ninguna instancia representativa de Jaén esté presente en la defensa con uñas y dientes de algo que le duela realmente. Mientras tanto Jaén sigue en lo suyo, en verlas pasar y en no luchar por mejorar sus pésimas comunicaciones.