El número de violaciones registradas en el primer semestre en Jaén debería hacer saltar todas las alarmas
Siete agresiones sexuales con penetración en el primer semestre del año en la provincia de Jaén deberían hacer saltar todas las alarmas. Una sola debería hacerlo ya; pero esa cifra, unida a los 62 delitos contra la libertad e indemnidad sexual, no hace más que constatar que el problema de la violencia machista no hace más que aumentar y que, aunque no son pocas las medidas que desde las administraciones y desde la justicia se ponen en marcha, el problema está plenamente arraigado socialmente y es ahí donde hay que atajarlo, entre todos. Estos datos son una muestra de la estadística de los seis primeros meses del año en materia de criminalidad que ha publicado el Ministerio del Interior, donde, nuevamente, los indicadores descienden en la provincia y suben levemente en la capital. Poco, pero vuelven a subir. Quiere esto decir que aunque la ciudad es una de las más seguras del país, hay trabajo por hacer, y para hacer ese trabajo son necesarios policías, funcionarios, ya que a pesar de la tímida tasa de reposición de este año, la plantilla de Jaén sigue acumulando un elevado déficit de policías, por no hablar de instalaciones. Pasan los años y nada cambia; y nadie pide; y nadie exige. Jaén ya no le quita el sueño a nadie.