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Jaén

Jaén pierde más población en sus grandes localidades

La cualificación de la población es ya un factor de expulsión y no de anclaje al territorio

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  • En la capital jiennense, al paso por la calle San Clemente. -

“La pérdida de población urbana en la provincia jiennense es cada vez más acusada”. Ésta es una de las conclusiones del X Congreso Andaluz de Sociología sobre ‘(Des)Poblaciones y Territorios. Una mirada hacia la periferia’ celebrado por la Universidad de Jaén (UJA) y cuyo comité organizador presidió el catedrático de la UJA Felipe Morente. “Los ayuntamientos que se quedan pequeños tienen el problema de su poca capacidad de gestionar las necesidades de su entorno, pero el problema de Jaén es que está perdiendo población urbana, no sólo en municipios pequeños y rurales, sino también en las ciudades”, aclara a VIVA Morente.

Explica que es “un punto más de gravedad”, pues los procesos de urbanización “pierden eficacia en la medida en que las ciudades, incluso teniendo una trayectoria histórica de relevancia, al no estar incorporadas a los nuevos procesos de modernización, innovación y producción de bienes y riquezas, empiezan a perder atractivos y por lo tanto población”. Ha pasado en Jaén capital, Baeza y Linares, que ha sido el enclave industrial por antonomasia de la provincia.

“Se está perdiendo población y no se han implantado nuevos procesos de producciones, ni nuevos modos de producción de riqueza”, señala. La capital jiennense lleva perdiendo población durante cinco años consecutivos y según el Instituto Nacional de Estadística (INE) se prevé que pierda otros 5.000 habitantes en los próximos diez años. La capital ha perdido en una década algo más de 4.000 habitantes.


Según los datos del  INE, en el último año el balance ha vuelto a ser negativo en 242 vecinos. La provincia perdió en su conjunto más de 2.000 habitantes el pasado año. Morente apunta a que “se pierde población porque aunque llegue gente de la provincia, cada vez menos, al ser una población urbana, con un capital humano con recursos educativos y culturales que enriquecen sus capacidades y los cualifica, emigran al no tener demanda de trabajo en su ciudad o provincia”.

Éste es un “un factor importante que no está suponiendo un atractivo para anclar a la población al territorio, sino que está siendo un factor de expulsión porque al cualificar mucho a la población y ésta no tener posibilidades de trabajo en la provincia, se tienen que ir fuera”. Para evitarlo, Morente propone una “inversión monográfica de impacto”, una “gran política institucional pública, bien definida”.

Dice: “Jaén tiene muchas riquezas. Es uno de los territorios con mayores contrastes. Tiene una buena posición estratégica, sin distancia sobre otras capitales; una población trabajadora y cualificada y es una ciudad segura y atractiva para una convivencia cómoda. “Jaén no ha sido tenida en cuenta para invertir en un plan de impacto serio en torno al cual, todas sus riquezas adquieran valor y consigan fijar al territorio a la población. Jaén ha sido atractiva para la población inmigrante, que ha tenido que irse”.

Explica que “la sociedad civil se está cualificando, pero la empresarial necesita una cabeza tractora y eso conlleva la implicación de la industria y el empresariado”.

Concluye que “hay que dejar de lado el chovinismo local y preocuparse por una provincia con grandes capacidades, con grandes ciudades que se están desangrando” y que, aunque “se están haciendo políticas voluntaristas locales, ahora es cuando hay que hacer la gran política, que traiga grandes inversiones y no se vayan a otras ciudades”.

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