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Jerez

Las advocaciones cobran pleno sentido en un inédito Vía Crucis de las Hermandades

El obispo, en su primer Vía Crucis en la Catedral, realizó breves meditaciones en todas las estaciones

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El Señor de la Salud, el Cristo de las Almas y la Virgen de Salud y Esperanza presidieron el tradicional acto del primer lunes de Cuaresma.

Posteriormente, el Cristo de las Almas regresó a Santiago

El obispo de Asidonia Jerez presidió la ceremonia en la Catedral

Las advocaciones de las imágenes encargadas de presidir el anual Vía Crucis de las Hermandades cobraron este lunes pleno sentido en un acto piadoso que estrenó formato coincidiendo con el tramo final de la pandemia que estos últimos años ha venido condicionando la vida de toda la humanidad.

El Señor de la Salud de San Rafael, el Cristo de las Almas y María Santísima de Salud y Esperanza presidieron en el altar mayor de la Catedral un Vía Crucis en el que también se estrenó el obispo de Asidonia-Jerez, José Rico Pavés, que tuvo una participación muy activa durante toda la ceremonia, puesto que realizó breves meditaciones en todas las estaciones.

A cada una de las imágenes se las invocó en cinco de las quince estaciones, teniendo presente que para su elección se buscó un vínculo frente a la pandemia.

Con la presencia de esas tres imágenes, el Consejo local de la Unión de Hermandades quiso reflejar en el itinerario del Vía Crucis el tiempo de pandemia.

Por eso las cinco primeras estaciones de ese camino hacia el Calvario estuvieron protagonizadas por Nuestro Padre Jesús de la Salud, una estampa con la que se quiso evocar el momento en el que una sociedad aparentemente sana se ve en la necesidad de asumir y abrazar la cruz de la enfermedad.

El crucificado de las Almas recibió las oraciones de los presentes entre la sexta y la décima estación. Ante la presencia de Cristo muerto se tuvo un recuerdo especial para aquellas personas que han perdido la vida como consecuencia de la pandemia.

Las últimas oraciones se dirigieron especialmente a María Santísima de Salud y Esperanza, una imagen que resume en sus dos advocaciones el sentir de la sociedad.

El rezo y meditación de las estaciones del Vía Crucis fue acompañado de música especialmente elegida para la ocasión interpretada por el organista y tenor Ángel Hortas, la soprano Laura Moyano, y la mezzosoprano Zayra Ruiz.

Una vez finalizado el acto comenzó el traslado a Santiago del Cristo de las Almas, que contó con el acompañamiento de la Banda de Cornetas y Tambores Zoilo Ruiz-Mateos, de Rota.

Fue la única de las tres imágenes que regresó a su templo en el casi siempre frío primer lunes de Cuaresma.

Este próximo viernes llegará el turno de María Santísima de Salud y Esperanza, que debe regresar a la parroquia de San Benito; mientras que el sábado será Nuestro Padre Jesús de la Salud quien tome camino definitivo hacia la parroquia de San Rafael. 

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