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?Vázquez no quiere bajo ningún concepto que Boix sea alcalde?

Jacinto Merino ?Ex concejal del PP y de la Policía Local de San Roque?

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  • Merino considera un error que el PP, con dos elecciones consecutivas ganadas, no haya sido capaz de pactar. -
  • Entrevista
Sigue siendo muy crítico con determinadas posturas del Partido Popular, aunque se muestra más satisfecho con la actitud de la formación en San Roque durante los últimos meses. Considera a Ledesma una persona muy inteligente y capaz de adaptarse a cualquier tipo de situación política. Piensa que el PSOE intenta desviar la atención de determinados asuntos con otros temas. Y apuesta, además de pronunciarse sobre otros aspectos, por que el PP pacte nuevamente con USR, llegado el momento.
Hay una parte importante del partido que estaría dispuesta y vería con buenos ojos una renovación. Quizá sea la mayoría, porque son muchos
—¿Qué tipo de planteamiento orgánico haría con respecto al PP?
—El presidente y el candidato tienen que ser la misma persona, y todos trabajar y remar detrás de esa persona, ayudarla. No puede haber un presidente y un candidato diferente, porque en los últimos años ha ocurrido eso y ha habido muchas diferencias, enfrentamientos, tensiones, y no es bueno para el partido. Hay una persona que está en boca de todos, que ha sido candidata las dos últimas veces y que ha puesto al Partido Popular por encima del Partido Socialista, una situación realmente inédita en San Roque. Creo que por ahí deberían ir los tiros.
—¿Y si no van por ahí los tiros?
—Si no van por ahí, presentaría una candidatura, y si va por el otro lado, me uniría a la candidatura que se hiciera de consenso, en este caso, para que fuera la misma persona el candidato y el presidente. Mi intención es trabajar y ayudar al partido. Quiero que el PP vuelva a gobernar. Estaría encantado de no presentar una candidatura, pero también lo haría si no coincidiera con lo que creo que debe ser el futuro del partido.
—¿Tiene suficientes apoyos para su candidatura?
—No sería caballo ganador, como se suelen decir en las carreras, pero sí hay una parte importante del PP que está siendo muy crítica con todo lo que está ocurriendo, que está hasta cierto punto decepcionada de una manera triste por el cariz que ha tomado el PP, por la manera que ha estado actuando estos últimos años, y que sí estarían dispuestos y verían con buenos ojos una renovación. Si esa parte es la mayoría, no lo sé. Quizá sí la sea, porque me consta que son muchos. Hay personas, presidentes de otras épocas, miembros de ejecutiva y otros militantes que estarían dispuestos a apoyarme. De hecho, el PP, como partido, desgraciadamente, y espero que esa travesía ya se haya acabado, ha tenido momentos en los que en la sede del partido prácticamente no aparecían los militantes, personas que llevaban toda la vida en el PP, incluso que venían de Alianza Popular... Se veía aquello un poco triste, vacío, falto de ese espíritu. Creo que ahora se está llevando otra vez la cosa bien, se está encauzando bien y parece que existen unos bríos renovados para que el PP vuelva a ser lo que fue.
—Hace unos meses lanzó unas críticas en los medios contra el ex presidente del PP de San Roque, Francisco Linares. Algunos dicen que detrás de su opinión estuvo la mano de Juan Carlos Juárez. ¿Qué hay de cierto en esto?
—No ha habido nadie que haya mostrado ninguna animadversión hacia Linares, ni nadie me ha dado ningún tipo de órdenes ni consejos de cómo tratar la situación. Es del todo sabido que en el PP hay diferencias entre las personas, que no todos se llevan bien. Hay siete pueblos y siete candidatos. No vamos a ser tan ingenuos de pensar que esos siete candidatos son todos primos hermanos que se llevan de maravilla y que van a comulgar todos los domingos juntos. Tienen sus diferencias, sus maneras de enfocar los problemas.
—¿Cuáles eran sus problemas con Linares?
—Con Francisco Linares, con el que siempre he tenido una relación cordial muy buena y a quien considero una gran persona, siempre he tenido muchas diferencias de apreciación, de contenido ideológico, de objetivos, de cómo se deben abordar determinados asuntos. Él era el presidente y yo estaba en el Comité Ejecutivo. Creo que esas diferencias, que deben enriquecer, en definitiva, a los partidos, a veces se entienden como díscolas y se interpretan de una manera diferente a lo que debe interpretarse. Una buena crítica, cuando se disiente de algo, hay que hablarla y ver de qué manera se pueden incorporar esas diferencias al objetivo y al ideario común. Pero siempre han sido unas cuestiones de tipo personal. He abogado por que dejara de ser presidente, he sido muy crítico, siempre sin faltar al respeto. Como profesional y como presidente del PP, no lo hizo como lo debería haber hecho.
—¿Qué opinión le merece el actual presidente del PP sanroqueño?
—No hay un liderazgo fuerte, sólido y asumido ahora mismo. La persona que está ejerciendo de manera provisional, Ramón Aranda, no la conoce nadie en San Roque, incluso hay gente del PP que dice: ¿y este hombre quién es? Porque no lo conocen. No voy a cuestionar por qué se le puso o se le dejó de poner. Doctores tiene la Iglesia para saber por qué pusieron a este muchacho, pero está claro que es un perfecto desconocido y no está aportando lo que necesita el PP. Lo conozco, me parece una persona preparada, con muchas virtudes, pero no es la persona idónea porque no es conocida en el casco ni en las barriadas.
—¿Considera que la elección de Ramón Aranda ha sido poco democrática, como apuntaron en su día otros partidos?
—Los estatutos del PP dicen que, mientras no se celebre un congreso, puede haber un presidente interino. ¿No tiene nombrada una Gestora el PSOE de San Roque? La Gestora la ha nombrado a dedo, ¿o es que han venido los militantes a votar?
—Pero en el caso del PSOE de San Roque han concurrido circunstancias especiales para llegarse a ese extremo...
—En el PP también se dan unas circunstancias que son especiales, es decir, un presidente dimite en mitad de su mandato por razones personales, y en ese momento se contempla más positivo que haya un presidente interino.
—¿Qué mejoras ve últimamente en el PP?
—En los últimos meses, por las conversaciones que he tenido con compañeros del partido, parece que se están dando pasos en la dirección que siempre he creído correcta. El PP está ya intentando coger el toro por los cuernos. Un ciudadano, cuando vota, lo hace con la sana intención de que ese partido gobierne. El PP, en las dos últimas elecciones, ha dilapidado eso y ha pervertido el sentido del voto que le han dado los ciudadanos. Lo que ha podido hacer no lo ha hecho, y todo por cuitas personales con otros partidos, con otras personas.
—¿Cree que Vázquez ya no está para la política?
—Sabemos que tiene un proceso grave de deterioro de la salud, y él sabrá si puede o no. Eso le merma mucho su capacidad para llevar las riendas de San Roque, y ello se demuestra con las veces que ha tenido que dejar la Alcaldía. ¿Por qué se da esa circunstancia? Percibo que Vázquez no quiere bajo ningún concepto que Ruiz Boix sea alcalde. Y mientras él esté de alcalde, aunque sea dejando de alcalde accidental a Ledesma, no se podría dar una nueva votación y de esta manera Ruiz Boix nunca podría postularse como alcalde ni poner en un brete a otros socialistas que no están de acuerdo con él para que le votaran como alcalde. Creo que Vázquez va a aguantar todo lo posible. Una persona puede estar en su casa, estar enferma, y seguir siendo alcalde. Vázquez confía más en Ledesma y en cualquier persona de USR que en sus compañeros, y quiere evitar a toda costa que se dé una dimisión suya, que obligaría al Pleno a elegir un nuevo alcalde, que sería un problema, porque ya las combinaciones se disparan.
—¿Qué podría ocurrir entonces?
—Si nadie sale con mayoría absoluta, el alcalde sería Fernando Palma, porque es la lista más votada, y obligaría por otro lado a que los socialistas tuvieran que votar en bloque con USR y con el PA para volver a tener una mayoría. Podría ser un problema, porque el PP podría aprovecharse. Es decir, se dan una serie de factores que Vázquez pretende evitar. Mientras siga esta situación, le da más estabilidad al Gobierno, que es un poco lo que pretende. Pero no tiene estabilidad porque tiene unos concejales que no confían en él, que le critican, que no lo miran a la cara, y que los tiene que tener ahí... Es una situación surrealista. Concejales que votan en contra de lo que dice el alcalde, y viceversa. Dentro de todos los posibles escenarios que Vázquez contempla, quizá para él éste sea el mejor hasta el final de la legislatura, porque cualquier cambio que se dé ahora mismo podría revertir la situación. Por ejemplo, que el PP gobernara o que se hicieran posibles pactos entre otros partidos para dejar al PSOE fuera.
—¿Y Ledesma qué papel juega en todo esto?
—Ledesma es una persona muy inteligente, una persona que ha demostrado además que tiene una gran capacidad de trabajo y que ha hecho bastante bien las cosas para él, para su partido y para San Roque. Ha demostrado que es camaleónico, en el sentido de que es capaz de mimetizarse con la situación y adoptar cualquier papel que le sea conveniente a él y a su partido. En este sentido, poca crítica se le puede hacer, porque en definitiva la política es convertir, a veces, lo imposible en posible.
—¿Hablaría o intentaría llegar a un acuerdo con él?
—Hay que hablar, porque se pueden dar escenarios donde el PP puede sacar algún rendimiento político, y está claro que pasa por Ledesma. Hay que preparar un escenario donde USR y el PP colaboren, porque mayorías absolutas no se van a dar. El PP tiene que estar preparado para ver quién es el socio más conveniente. Está claro que el PSOE no lo es. Hay que hacer los deberes para que esa relación y proximidad que se pueda tener con USR llegue a buen término.
—¿Está implicado en el caso de la caja ‘b’? ¿Ha existido durante su mandato como concejal de Policía Local un sistema ilegal de cobro de multas?
—No existe ni ha existido nunca una caja b. Eso es una mentira, una patraña, una infamia y se cae por su propio peso. En la vida entré para nada en el sistema recaudatorio. Entendía que lo que había cuando llegué estaba bien hecho, y seguimos con eso. Los policías ponían las multas y retiraban los vehículos, y tenía su propio sistema que siempre iba a las arcas del Ayuntamiento, pero sin caja b ni nada. Está claro que ahora, después de tantos años, que salgan con eso es porque saben que no hay nada ilegal, saben que se hizo perfectamente (porque es lo que hacían ellos) y no se tocó para nada el sistema recaudatorio de la Policía Local. Si en el año 2004 detectan que hay una caja b, lo primero que tenían que haber hecho es ponerlo en conocimiento de la Fiscalía, porque si no se hacen cómplices del delito. Todo esto no es más que un entramado para salvar los intereses de algunos socialistas. Hay algunos socialistas que gobiernan hoy en día que me gustaría que el fiscal anticorrupción investigara su patrimonio.
—¿Considera una casualidad que el mismo día que se debate una moción por un caso de supuesto acoso a Ruiz Boix se denuncie, después de estar cinco años el PSOE en el poder, el caso de las multas?
—No es casualidad. Todo está perfectamente orquestado, diseñado, planificado hasta el más mínimo detalle. Si aquí hay que intentar salvar, que es poco salvable, el honor de un concejal en concreto, que además presuntamente ha cometido un delito muy punible, como es el del acoso a una funcionaria, entonces se intenta desviar la atención hacia otros problemas.
—¿Tiene constancia de que haya documentación con la que se pueda demostrar su implicación y su posterior culpabilidad?
—No hay documentación, porque lo único que he visto es una fotocopia de que se habían gastado 40 euros en unas pilas. Eso es ridículo. Esa cantidad se explica porque la Policía, por su manera de trabajar, lleva linternas y muchas cosas a su disposición, no sólo las armas, para las que a veces se necesitan unas pilas. Hacer un expediente para comprar unas pilas que valen 40 euros es ridículo. Probablemente pueden haber salido de esa caja, que no es caja b, sino simplemente de donde se ingresaba el dinero de la grúa, y en lugar de haber 40 euros, habría una factura por 40 euros. No sé si hay delito en eso ni siquiera una incorrección administrativa. Además, el interventor nunca puso reparos. Eso estuvo haciéndose y el interventor nunca ha dicho nada. ¿Por qué el interventor durante esos años ha permanecido callado? ¿Es cómplice según el PSOE? ¿Y el secretario del Ayuntamiento, es cómplice también? Todo se sabía, la manera en que se hacía. No era una práctica nuestra, sino que venía de antes. Estas historias para no dormir y todo este intento de vapulear, de difamar y de injuriar a los que hemos gobernado, nada más que responde a los intereses de cuatro individuos con muy mala calaña.

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