Los sanroqueños no quisieron perderse el paso del Cristo de la Humildad y Paciencia y La Esperanza
El sol que había predominado durante toda la jornada de ayer consiguió despejar las dudas, no sólo de los hermanos cofrades sanroqueños, sino también de los ciudadanos, después de la incertidumbre pasada en la tarde del Lunes Santo, con la presencia, un poco tímida, de la lluvia.
El fervor que los sanroqueños sienten por la Venerable Cofradía del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia y Nuestra Señora de la Esperanza, quedó de nuevo demostrado, dado que los cientos de ciudadanos que se dieron cita a lo largo del itinerario de la hermandad cofrade fueron capaces de nuevo de demostrar, mediante el recogimiento, el amor que sienten por El Señor de la Caña y La Esperanza.
La veteranía de la agrupación cofrade, dado que existe constancia que la hermandad data del año 1706, de cuando Gibraltar estaba bajo los dominios de España, es una magnífica carta de presentación a la hora de realizar su estación de penitencia, cada año.
Seriedad, organización y entrega brindaron los hermanos cofrades a su desfile procesional, sentimientos que fueron recogidos por los sanroqueños.
Ambos pasos se encontraban aún cubriendo una parte de su estación de penitencia por el casco, al cierre de esta edición.