Después, alrededor de las 12.30 horas partían las dos furgonetas de la agrupación mariana y el autobús, con otro grupo de romeros.
Alrededor de 300 rocieros viajan este año hasta la aldea, acompañando a la hermandad local, cuyo hermano mayor, Juan Trapero, aseguró haber comprobado personalmente “el buen estado en que se encuentran los caminos, a pesar de las intensas lluvias y los desperfectos registrados durante el pasado invierno.
Sin embargo, estas infraestructuras “han sido reparadas de forma satisfactoria por la Diputación Provincial de Huelva.