Hace ahora casi dos años –a principios de 2022- la empresa constructora Marsur TS 21
iniciaba los trabajos de demolición de la antigua bodega Don Gerardo que estas últimas décadas había ocupado la manzana comprendida entre la calle Pizarro, la avenida de los Marianistas y la Hijuela de la Zorra, en dirección hacia el denominado Parque Sandeman.
Era el primer paso del d
esarrollo residencial de una amplia extensión de terreno comprendido entre las calles Pizarro, la prolongación de Fernando de la Cuadra y la avenida de los Marianistas, en el entorno del parque Sandeman. El suelo se destinó a mediados del siglo XX a la construcción de cascos bodegueros promovidos por la extinta Zoilo Ruiz-Mateos, integrada a su vez en el holding Rumasa.
Con anterioridad a la gran crisis de los sectores inmobiliario y financiero,
esas naves fueron adquiridas por el Grupo Q con el objetivo de construir viviendas en una zona próxima al centro de la ciudad. Desde ese momento se asumía que más tarde o más temprano serían reducidas a escombros. Y ese momento parece haber llegado de manera definitiva.
A aquellos primeros derribos de enero de 2022 se sucederían otros, y así hasta el día de hoy.
En la parcela que ocupó la bodega Don Gerardo se alza ya el primero de los edificios del residencial Terrazas del Sol. Junto a él ha tomado forma la estructura del segundo bloque de viviendas.
Más abajo, en dirección a Pozo del Olivar,
nada queda ya en pie de la antigua planta de embotellado de Zoilo Ruiz-Mateos, ni siquiera los muros que durante años ocultaron su prolongada inactividad. Allí se levantará la segunda fase de Terrazas del Sol. Las máquinas han empezado ya a trabajar en la preparación del terreno.
Por el ‘boquete’ que ha quedado en la calle Pizarro se pueden ver el palacio del Recreo de las Cadenas y la estructura de otro complejo de viviendas –Real Escuela- promovido también por el Grupo Q en un solar situado entre la trasera del complejo ecuestre y la barriada de La Unión que fue adquirido al Ayuntamiento en un procedimiento de libre concurrencia.
Todavía va a quedar espacio, en la parcela de antiguo uso bodeguero, para el desarrollo de la promoción Parque Real, que está ya en periodo de comercialización.
Todos estos suelos van a ser convenientemente urbanizados. La ciudad incorporará además nuevos viales y espacios públicos.
Eso sí, ha perdido ya para siempre esa inmensa pared blanca que durante décadas caracterizó a la calle Pizarro y que evocaba un pasado industrial vinculado al sector bodeguero.