María del Carmen Tejero Enríquez se va a convertir en la primera hermana mayor de la Hermandad del Nazareno, una cofradía donde la presencia de la mujer ha sido una constante a lo largo de los siglos pero donde ninguna hasta ahora había asumido la presidencia de la junta de gobierno. Hay que recordar que
la Hermandad del Perdón fue la primera en contar con una hermana mayor, Eva Castañeda, en 2014. Luego asumirían esta máxima responsabilidad en El Soberano Poder, La Vera Cruz, La Expiración o Santa Marta.
Carmen Tejero resta importancia a este hecho y entiende que, “
aunque quizá” todo el mundo esperara en su momento a que esta cofradía fuese pionera en este sentido, el hecho de que una mujer haya sido elegida ser hermana mayor
“ha llegado cuando ha tenido que llegar”.
“No teníamos por qué ser las primeras. La mujer ha estado presente en la vida de esta hermandad desde siempre y de hecho fuimos las primeras en acceder a una junta de gobierno, pero tampoco era necesario que esta fuera la primera hermandad con una hermana mayor, entre otras cosas porque hasta ahora ninguna había dado este paso”, añade.
La decisión de presentar su candidatura la ha venido madurando “desde hacía más de tres años” y curiosamente a raíz del comentario de una hermana. “Me dijo que le diera a Jesús un poquito de lo que había dado a mí y esa noche vinieron muchas ideas a mi cabeza. El de arriba empezó a tocar sus cuerdecitas, lo puse en diálogo con mi familia y en oración, y aquí estoy”, explica.
La Hermandad del Nazareno ha afrontado su primer proceso electoral con dos candidaturas, ya que hasta ahora siempre se había presentado un único candidato.
El resultado fue además muy igualado, ya que Carmen Tejero obtuvo 188 votos, mientras que Vicente Prieto logró 182.
La nueva hermana mayor no cree que esta circunstancia vaya a generar división en el seno de una hermandad donde “siempre ha habido mucha cordialidad”.
“No vamos a ir ahora con tonterías ni enfrentamientos, porque todo el mundo tiene claro que estamos aquí por Jesús y por la Virgen del Traspaso”, asegura.
Uno de sus retos pasa por “trabajar en la formación cristiana”, porque entiende que
estamos “en un momento social en el que todo aquello que huele a cristiandad nos parece obsoleto”. “Las hermandades somos Iglesia y tenemos que estar abiertas a esa sinodalidad a la que nos invita el Papa, eso es importantísimo, y los seglares tenemos que dar ese paso.
Quiero que la gente viva la hermandad no solo pensando en la cofradía o en tener un lugar de convivencia, sino teniendo claro que somos Iglesia y de que debemos vivir juntos como Iglesia”, subraya.
Entre sus principales proyectos se encuentran la conservación y mantenimiento del patrimonio, incluida la iglesia de San Juan de Letrán, que representa “una gran responsabilidad y una lucha constante”, pero también la ampliación del columbario, que “se ha quedado pequeño” porque muchos devotos de Jesús Nazareno y la Virgen del Traspaso “quieren descansar en esta casa santa”.