Hace un año su ópera prima Techo y Comida levantó a medio barrio de La Granja cuando su protagonista, Natalia de Molina, recogía su Goya a la Mejor Actriz Protagonista y se lo dedicaba a la barriada donde se rodó esta película y a su director, el jerezano Juan Miguel del Castillo, que aplaudía emocionado desde el salón de butacas. Él tambiénes taba nominado a la Mejor Dirección Novel. No pudo ser, pero fue de los pocos galardones que se le resistió de una cinta que que con más de 30 premios (Biznaga de Plata premio del público, Biznaga de Plata a la mejor actriz para Natalia de Molina y premio Asecan ópera prima del 18º Festival de Málaga Cine Español 2015. Mejor Guión y mejor dirección novel en los premios Asecan del cine andaluz 2016, entre otros tantos), todavía le sigue dando alegrías.
Este año tampoco se ha perdido la 31ª edición de la Gala de los Goya pero lo ha hecho “desde casa”, en Sevilla, “más tranquilo y disfrutándola”. Sí acudió a los Premios Feroz, semanas antes, pero tenía claro que Los Goya los iba a seguir desde su sofá y con mucho menos estrés que hace 12 meses. A punto de estrenar en Canal Sur El Pacto delos Estudiantes, un docuficción que ha dirigido en Sevilla que cuenta las vivencias de una residencia de estudiantes de Lorca, Buñuel y Dalí, Del Castillo está “muy contento” con su próximo encargo.
Áralan Films ha adquirido los derechos para adaptar el libro La maniobra de la tortuga bajo la dirección del director jerezano, que a finales de año compartió la noticia con sus seguidores en su cuenta personal de Twitter. Se trataba de la mejor manera posible de terminar un 2016 redondo. Lo curioso es que antes de que la productora contactase con él, Del Castillo ya había “descubierto” meses antes el libro y había visto claro que “había una película”. “La descubrí en las noticias; una novela policiaca ambientada en Cádiz..había terminado mi peli (por Techo y Comida), y me llamó la atención; la busqué me la leí y me conquistó. Vi que había una película, pero claro también me pregunté cómo iba a hacerlo. No hice nada y al final me han buscado. Así que es un encargo a medias”, explica a este periódico.
Esta novela del gaditano Benito Olmo es un thriller policiaco con tintes sociales que toma como punto de partida la investigación del asesinato de una joven de 16 años, pero también es un alegato contra la violencia machista, con la ciudad de Cádiz como escenario de fondo. Aunque Jerez sale a relucir en la novela, “no tiene mucha presencia” puesto que el 80% de las localizaciones transcurre en Cádiz capital “y así va a ser también en la película, pero vamos a estar muy cerquita”.
En cualquier caso, el cineasta jerezano tiene claro que quiere hacer la historia suya, “tirarla un poco a mi terreno y no caer en algo convencional. Me la leí en su día cuando la descubrí y ahora me la sé de memoria”, señala, para referirse al momento de adaptación de la obra en el que está inmerso, un trabajo que le llevará todo el año y en el que está disfrutando. Por ello, resulta prematuro hablar de fechas de rodaje y del equipo técnico y de actores del que se quiere rodear. “No depende de mí, estamos muy al principio del proyecto, en fase de adaptación. Ahora hay que buscar financiación”, manifiesta. En plena fase de creación, aún ve lejano pensar en si ve algún actor claro para alguno de los personajes o en el equipo técnico con el que le gustaría contar. De momento, como dijo en su día, lo que tiene claro es que en un futuro también le gustaría volver a trabajar con Natalia de Molina. “No sé ni el proyecto ni cuándo, pero me gustaría”. Y es recíproco, porque la actriz de Linares siempre lo repite.