Un año más nuevo curso y mismas formas de enseñar. Muchos esforzados profesores y profesoras volverán a explicar durante horas para que sus alumnos adquieran conocimientos. Si no hay ninguna persona sorda en clase, lo usual es que todos los alumnos les oigan pero sólo un porcentaje escucha. No es nada raro, todos lo hacemos, el sonido de lo que nos dicen nos llega pero no siempre prestamos atención al contenido. ¿Por qué ocurre? Uno de los principales motivos es que el discurso sea muy largo. Evidentemente nos cansamos y hacemos pausas de desconexión. Otro será que se repita, que no estemos entendiendo nada, que no nos resulte interesante, que tengamos otras cosas en la cabeza, que haya otros estímulos visuales y auditivos.
Este último resulta especialmente perturbador para algunas personas. Como si les fallara un mecanismo interno capaz de clasificar por prioridades y de no atender a lo secundario. Su atención se reparte entre todos los estímulos que les llegan, auditivos o visuales. Será el típico alumno o alumna que pregunta a destiempo, cuando ya se está tratando otro tema. También quien levanta la mano y no tiene una duda concreta sino una enmienda a la totalidad, no se ha enterado de nada. Si se le vuelve a repetir desde el principio, puede que se canse a la mitad y nos lo encontremos riendo una payasada. A muchos se les diagnosticará de hiperactividad o de déficit de atención para justificar su fracaso escolar. Otros serán clasificados en el grupo de los maleducados y poco esforzados,” los inteligentes que no quieren”.
Mientras esperamos el día en que en las escuelas se lleve a la práctica una literatura que tiene sus añitos y que habla de los estilos de aprendizaje. Si hay distintas formas de aprender por qué no hay en las clases más variedad de técnicas para enseñar. La legislación lo exige, pero se queda sólo en los papeles. La atención a la diversidad se aplica a los diagnosticados, para ellos la atención psicológica y las clases de apoyo. El resto recibe la clase standard, igual para todos. No es cierto, es una clase desigual que privilegia a los que tienen determinados estilos de aprendizaje. Además perjudica por ambos extremos, los docentes desesperados con clases insufribles llenas de alumnos aburridos y habladores que a su vez arrastran un auto concepto de fracasados.¿Alternativas? Seguir la experiencia de aquellos maestros y maestras que hace tiempo practican una docencia adaptada a los diferentes estilos de aprendizaje.
