Los establecimientos hoteleros de Jerez perdieron 427.593 pernoctaciones a lo largo de 2020, según los datos divulgados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que evidencian el fuerte impacto del Covid-19 en el negocio turístico.
En concreto, los hoteles de la ciudad contabilizaron 237.624 alojamientos, muy lejos de los 665.217 registrados en 2019, lo que supone un descenso del 64,27 por ciento.
No es fácil calcular el impacto económico real de esa merma en el número total de pernoctaciones, pero indudablemente estamos hablando de una pérdida directa millonaria a la que a su vez debe sumarse la repercusión que esa caída de la actividad tiene en toda la cadena de servicios que un hotel precisa para atender a sus clientes.
De las 237.624 pernoctaciones registradas en 2020, 169.753 fueron protagonizadas por turistas españoles, el 71,43 por ciento del total, mientras que el resto correspondió al mercado internacional.
El turismo extranjero se resintió en mayor medida de las restricciones motivadas por el Covid-19, apuntándose una caída de las pernoctaciones del 74,15 por ciento.
En el caso del turismo nacional, el descenso en el número global de alojamientos con respecto a 2019 fue algo más moderado, en concreto del 57,84 por ciento.
Los hoteles de la ciudad hospedaron el año pasado a 108.022 viajeros, frente a los 315.723 del ejercicio anterior.
La merma en el número total de turistas fue por tanto del 65,78 por ciento.
De esos 108.022 viajeros contabilizados, 85.042 eran españoles y 22.980 extranjeros.
El turismo nacional experimentó una caída del 57,46 por ciento; mientras que el internacional descendió un 80,15.
Los pocos establecimientos hoteleros que mantuvieron la actividad este pasado mes de diciembre hospedaron a 6.881 turistas, muy lejos de los 22.632 del mismo periodo de 2019.
En el último mes del año se contabilizaron 10.083 pernoctaciones, frente a las 41.424 de diciembre del ejercicio anterior.
A la hora de analizar los datos de 2020 debe tenerse en cuenta que durante buena parte del año los hoteles debieron permanecer cerrados como consecuencia de las restricciones impuestas por las diferentes administraciones públicas.
Además, cuando pudieron funcionar se encontraron con otros obstáculos, tales como las limitaciones a la movilidad, que han reducido a la mínima expresión su volumen de negocio.
Tanto es así que a día de hoy la mayoría de los hoteles de la ciudad permanecen cerrados al público dado que a esas restricciones debe añadirse el hecho de que enero y febrero son los meses de menor actividad.
Ese periodo de hibernación podría prolongarse incluso hasta bien entrada la primavera e incluso hasta principios de verano dado que apenas quedan en pie los hitos que animan la actividad turística en estos próximos meses.
Todo eso significa que el primer tramo de 2021 va a seguir deparando datos adversos en lo que a ocupación hotelera se refiere dada la evolución de la crisis sanitaria.