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Jerez

Diamante en bruto

Jerez es un diamante en bruto que necesita pulimentarse. Y en eso se ha de estar si se quiere hacer realidad esa capitalidad europea

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  • Una actuación flamenca en el Tabanco El Pasaje -

Sevilla puede ser la estrella brillante de Andalucía pero Jerez es su diamante bruto afirma el diario británico The Independent al recomendar a nuestra ciudad para ser visitada este verano en la vieja Europa. Y nosotros sin saberlo. O a lo peor sin apreciarlo como el rotativo isleño que describe a las bodegas como hogares de nuestro vino singular, que describe el callejero entre el patrimonio cultual y cultural de nuestras iglesias, los palacios y las noches con el embrujo del flamenco, porque indiscutiblemente aquí fue donde empezó absolutamente todo.

Es una satisfacción que se hable de Jerez en un plano positivo y que se le identifique como una alternativa real a un turismo de calidad que obviamente tenemos que seguir trabajando desde la base, creando redes que haga que el visitante llegue para quedarse y no para ver y marcharse, posibilitando en comunión con las Peñas Flamencas que las noches no sólo sean para dormir sino para escuchar el cante y el toque y admirar el baile, tratando de que la mala imagen de los pedigueños molestando en las terrazas desaparezca, que la ruta de los tabancos esté perfectamente señalizada, procurando que las calles del casco histórico recobren su vida añeja, que palacios como el de Riquelme tengan su status, negociando para que los solares y los edificios sin vida vuelvan a latir y naturalmente seguir colaborando con la iniciativa privada para que siga apostando por eventos que sumen a un proyecto económico que, a falta de industrias, tiene que seguir asentándose en el ocio y en el turismo y en sus principales señas de identidad como el vino, el caballo, el flamenco, sin olvidar el motor y su amplio patrimonio civil y religioso.

Jerez es un diamante en bruto que necesita pulimentarse. Y en eso se ha de estar si se quiere hacer realidad esa capitalidad europea de la Cultura que, sin duda, sería el merecido espaldarazo a una población a la que los distintos Gobiernos de este país que se sigue llamando España han obviado a la hora de declararla zona de especial industrialización tras aquella crisis del sector clave que tantos puestos de trabajo hizo perder.

 

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