En su gira por más de 20 ciudad, el espectáculo ‘
Cruz de Navajas, el último Mecano’ hace parada en el
Teatro del Soho de Málaga. Es más que un musical. En este espectáculo
se crea un “nuevo género”, porque, por primera vez, no se utiliza la música para unir una historia argumental, sino que
cada una de las 30 canciones se transforma en un universo e historia particular. “Lo que hacemos en ‘Cruz de Navajas’
no se había hecho hasta ahora”, ha explicado Gonzalo Pérez Pastor, director y creador de la obra. Encima del escenario se “mezclan muchas cosas”.
Con una puesta en escena revolucionaria, una vez que se levante el telón, las tablas del teatro malagueño albergarán el
montaje tecnológico “más grande” que se puede ver en estos momentos en España, con “más de
cien metros cuadros de pantallas de led transparente, que se mueven y que proyectan unos vídeos maravillosos”.
El director no tiene palabras para definir este show, porque “
no es un concierto, no es un musical ni un espectáculo audiovisual, es más que todo eso”. La fusión de
baile, cante, música y tecnología, junto con el talento “especial” de
25 artistas de trayectoria internacional y 17 técnicos, hacen un
perfecto homenaje a Mecano.
‘Cruz de Navajas’ también se sale de la norma haciendo “los
personajes a la medida de los artistas que los interpretan, en lugar de buscar a gente que interprete un personaje”. Con este formato se quiere explotar las “peculiaridades” de cada profesional en un “
riguroso directo, no hay absolutamente nada grabado”.
“Sorpresas”, “humor” y “mala leche” en un puesta en escena con un vestuario “atroz” de
más de 350 piezas y “cambios mágicos,
parece un espectáculo de magia”, ha añadido la directora artística residente, Eva Boucherite. Este homenaje a Mecano tiene un inicio tranquilo, que va de menos a más, “lo que
generamos es como una olla a presión, hasta que al final la gente acaba aplaudiendo, gritando, cantando las canciones, bailando, salen al pasillo”, ha detallado el productor malagueño John Varo: “Es una locura”.
Una vuelta a los años 80 con uno de los grupos que marcaron la época y que 30 años después
sigue en el ADN de mayores y jóvenes.