La cantidad de monos experimentales para la industria farmacéutica china se está reduciendo considerablemente, provocando una escasez en el sector y un consiguiente aumento en el precio de los mismos, según varios medios financieros locales.
Por ello, las empresas farmacéuticas están comprando a gran escala monos Cynomolgus, también conocidos como macacos cangrejeros: el pasado lunes el laboratorio Joinn anuncio la adquisición de Yingmiao Biological, un proveedor de animales que cuenta con 20.000 ejemplares de esta especie.
Se trata de un negocio que se ha vuelto lucrativo por la necesidad de estas compañías de disponer de estos animales para sus pruebas clínicas, ya que el valor unitario de estos monos ha pasado de los 7.000 yuanes (1.047 dólares, 985 euros) en 2014 a los 160.000 yuanes (23.942 dólares, 22.515 euros) en la actualidad, un aumento de más de 23 veces en siete años.
La alta demanda de estos macacos cangrejeros, los más comúnmente usados para estos ensayos, unida a su escasez -se estima que en todo el territorio chino actualmente solo hay 30.000 aptos para pruebas-, hace que las farmacéuticas se dediquen a "acumular monos", visto que estos son más efectivos para el ensayo de medicamentos que ratones y conejos, según la Asociación de Cría y Desarrollo de Primates Experimentales de China.
Al compartir entre el 90 y 93 % del código genético con el ser humano, son los sujetos ideales para los experimentos médicos, por lo que se ha creado un negocio de granjas de monos, mayormente en el sudeste asiático, que provee de estos a los laboratorios de investigación y desarrollo, que no pueden recibirlos hasta que no alcancen los tres años de vida.
Desde la aparición de la covid-19, muchas son las farmacéuticas chinas que han desarrollado vacunas usando estos monos experimentales para las pruebas clínicas, aunque algunos analistas afirman que, con la reducción del impacto de la pandemia, la escasez de monos experimentales puede aliviarse.
China mantiene vigente su estricta política de prevención contra la covid, que consiste en un cierre casi total de fronteras, el aislamiento de todos los infectados en centros de cuarentena y pruebas masivas de PCR y limitación de movimientos allá donde se detecta algún caso.