La Fiscalía cubana ha decretado "prisión provisional" para el joven dirigente de Nuevas Generaciones Angel Carromero, al considerar que hay indicios de que haya incurrido en un delito de homicidio por el accidente de tráfico en el que se vio implicado y que causó la muerte a los disidentes Oswaldo Payá y Harold Cepero, han confirmado fuentes diplomáticas.
No obstante, se trata de una medida cautelar, pues la Fiscalía aún no ha imputado formalmente a Carromero ningún cargo. Dispone para ello de un plazo que generalmente suele prolongarse de uno a seis meses.
El diario oficial 'Granma' avanzaba en su edición de hoy que Carromero "se encuentra instruido de cargo por homicidio" al ser el conductor del vehículo siniestrado.
Podría enfrentarse a una pena de entre uno a diez años de prisión, que es lo que establece el Código Penal cubano para castigar a aquellos conductores que infringen las leyes o reglamentos de tráfico y causan la muerte a una persona.
El Ministerio español de Asuntos Exteriores y de Cooperación guarda de momento silencio pues no ha recibido aún ninguna comunicación formal por parte de las autoridades cubanas donde se precise la situación actual del español.
El cónsul general de España en La Habana, Tomás Rodríguez-Pantoja, pudo visitar ayer a Carromero en el centro de seguridad del Estado '100 y Aldabón', adonde fue trasladado Carromero este fin de semana.
Se trata de la tercera visita consular que recibe el español, después de los encuentros que tuvo con el cónsul de España en La Habana, Alvaro Kirpatrick, en Bayamo (sureste de la isla), localidad cercana al lugar del accidente.
Rodríguez-Pantoja encontró ayer al joven dirigente de 27 años de NNGG "nervioso", pero "bien atendido", según fuentes diplomáticas.
El Gobierno, reiteran las fuentes, está trabajando para que Carromero pueda regresar a España sin que el accidente en el que se vio implicado derive en un diferendo mayor.
Carromero, junto con el político sueco Jens Aron Modig, herido leve en el accidente, entraron en la isla como turistas sin advertir de su intención de reunirse con miembros de la oposición, lo que evidentemente no ha gustado nada a las autoridades cubanas, aunque por ahora la investigación parece centrarse exclusivamente en el accidente.
De hecho, el Gobierno cubano ha autorizado a Aron Modig a abandonar la isla, a pesar de que el sueco reconoció que el propósito de su viaje era, entre otros, entregar 4.000 euros a Payá.
La Embajada de España en La Habana, que supo de la presencia de Carromero en la isla cuando se produjo el accidente, ya ha contactado con abogados en Cuba para que se hagan cargo de la defensa del español.
No obstante, será el PP quien corra con los gastos de la defensa, y no el Estado, cuya asistencia consular en este plano se limita a recomendar y facilitar el contacto con los abogados que el interesado elija, una ayuda a la que tiene derecho todo español en una situación similar en el extranjero.