Varios cientos de manifestantes y miembros de las fuerzas de seguridad turca se han enfrentado este sábado en la localidad de Reyhanli, en el sur de Turquía, en una multitudinaria protesta contra la respuesta del Gobierno al doble atentado que la semana pasada se cobró la vida de 51 personas e hirió a más de un centenar.
Varios miles de personas han secundado la manifestación, que ha comenzado de forma pacífica frente al Ayuntamiento y también frente a la oficina de correos, aunque finalmente ha degenerado en disturbios por varias áreas de la ciudad.
Un grupo de manifestantes han lanzado piedras y botellas a la Policía, que ha respondido con el lanzamiento de bombas de gas lacrimógeno, disparando pelotas de pintura y con cañones de agua a presión. Los altercados han durado casi una hora, según ha informado la cadena estadounidense CNN.
La Policía ha establecido un amplio cordón de seguridad en torno al lugar donde estallaron los dos artefactos explosivos el pasado fin de semana y evitar así que los manifestantes llegaran a esa zona. El pretexto oficial de la protesta era mostrar su apoyo a la población de Reyhanli, ubicada en la provincia de Hatay, fronteriza con Siria.
Las poblaciones que viven en el sur del país, limítrofes con Siria, han exigido en reiteradas ocasiones al Gobierno del primer ministro, Recep Tayip Erdogan, que refuerce la seguridad ante las incursiones de hombres armados en la zona turca y la llegada masiva de refugiados sirios que huyen del conflicto que golpea al país desde marzo de 2011.
El gobernador de Hatay, Celalettin Lekesiz, ha anunciado este sábado el arresto de cuatro personas más, sospechosas de haber participado en los atentados en Reyhanli. En total, hay 17 detenidos. El viernes, Lekesiz destituyó al 'número dos' de la Policía local.
