Al menos 43 personas han muerto en la ola de atentados con coche bomba en zonas chiíes de Bagdad y de la ciudad portuaria de Basora, en el sur de Irak, según fuentes policiales y médicas. Ningún grupo ha reivindicado por ahora la autoría.
Unas 150 personas han muerto en la ola de violencia intercofesional de la última semana y las tensiones entre los chiíes, que actualmente gobiernan Irak, y la minoría suní, han llegado a su nivel máximo desde que las tropas estadounidenses abandonaron en país en diciembre de 2011.
Nueve personas han muerto en uno de los dos coches bomba que han estallado en Basora, una ciudad predominantemente chií a 20 kilómetros al sureste de Bagdad, según fuentes policiales y médicas.
"Estaba de guardia cuando una potente explosión hizo temblar el suelo", ha señalado un oficial de Policía cerca del lugar del ataque, en el barrio de Hayaniya. "La explosión alcanzó a un grupo de jornaleros que se congregaban cerca de un puesto de bocadillos", ha precisado a Reuters.
Otras cinco personas han muerto en una segunda explosión dentro de una estación de autobús en la plaza Saad, también en Basora, según fuentes médicas y policiales.
Entretanto, en Bagdad, un coche bomba ha explotado en un concurrido mercado del barrio predominantemente chií de Kamaliya, en el este, matando a siete personas, según la Policía.
Otras 22 personas han muerto en los atentados ocurridos en Ilaam, en el puente Diyala, en Al Shurta, en Shula y en Ciudad Sadr, todas ellas zonas de gran concentración de chiíes.